lunes, 31 de agosto de 2009

Antes de la batalla

Antes de la batalla saber que la batalla no es batalla, que es una oportunidad para aprender y enseñar, para avanzar y hacer avanzar, para ser más sabios y mejores. Recordar esto al principio de cada día.

Ya hace mucho tiempo...

Ya hace mucho tiempo de casi todo.

El mar y la magia

Llevo en contacto con el mar y con barcos desde que nací. Veraneo desde mi segundo año de vida en Puentedeume, en La Coruña, y el primero no pude ir allí porque se hundió un petrolero en la ría de Ares y tuvimos que ir a Sanjenjo. Soy un enamorado del mar, de los barcos, de los marinos, que me parecen personajes de novela, de gran elegancia y nobleza.
El mar ha dado mucha literatura, mucho cine, mucho arte, y lo seguirá dando. La "Odisea" es inmortal y Ulises seguirá vagando por el Mediterráneo de aquí a la eternidad, hasta que nos extingamos de la tierra. La isla del tesoro ya no me gusta como me gustaba antes, pero ahora le veo más la pericia técnica de Stevenson, el “Señor de las Historias”.
Estoy hojeando mucha narrativa marina porque me estoy metiendo en un proyecto sobre el mar. Son sobre todo relecturas, y me estoy llevando grandes sorpresas. Por ejemplo, me gusta mucho "La carta esférica", de Pérez-Reverte, escrita en una prosa muy sabrosa, con conocimiento de primera mano. O "Vigilia del almirante", de Roa Bastos, sobre la peripecia de Colón, de estilo también magnífico, tanto que se puede mascar. Y no me puedo olvidar de "Las inquietudes de Shanti Andía", de mi querido Pío Baroja, que era tan torpe literariamente como decía Umbral, en cierto sentido, pero en otro grandioso. Sus historias nos siguen envolviendo, el encanto de sus libros es increíble; siendo un escritor profesional, siempre se comportó como un narrador intuitivo, narrador al lado del fuego.
Estoy releyendo también a "Tintín", que es mi pura infancia, con esas aventuras siempre en pos del bien, exóticas, que nos mostraban el mundo entero en sesenta y dos páginas. "El secreto del Unicornio" fue el primer álbum que leí, y "El tesoro de Rakham el Rojo", su continuación, el segundo. Mi madre me regaló "El secreto" porque un día en El Corte Inglés no pude apartar mis ojos de él. Yo creo que fue por el barco que aparecía en la portada, una impresionante carabela, del siglo XVII.
Luego están los libros de Salgari, y de Sabatini, y "Piratas", de Vázquez-Figueroa, que tanto me acompañó durante unos exámenes, en la Universidad. Y las películas de la Bounty, las de piratas, "Titánic"… Estoy haciendo un repaso a bote pronto, pero son muchas más, todo un viaje sentimental por mi infancia y por toda mi vida. Ahora me doy cuenta de que lo que me pasa con la literatura y el cine sobre el mar, es parecido a lo que me ocurre con otras cosas, como "La guerra de las galaxias", por ejemplo. Son libros y películas que, sencillamente, nos traen buenos recuerdos, y mucho más que eso: nos devuelven la felicidad que sentimos en su día, tan fuerte el aroma que volvemos a sentirla ahora.
Apenas estoy empezando con este tema, pero ya he llegado a la conclusión de que el mar le da un encanto especial a cualquier historia. Cualquier trama si se desarrolla en el mar se potencia, tiene otra fuerza. Posee verdadera magia, porque un barco es un escenario incomparable, y el mar nunca dejará de ser misterioso, y más que eso, sugerente. Cuando era niño y leía a Verne me saltaba todas las explicaciones náuticas, y no entendía nada sobre los palos y las velas. Poco a poco uno va entendiendo, porque además navego en catamarán, y la práctica enseña más que todos los libros. Pero ahora no hablo de navegar, sino de ver y leer, y nadie podrá negar que una historia ambientada en el mar siempre reconforta.


(Artículo publicado en "El Norte de Castilla" el 26 de agosto de 2009.)

Sánchez Dragó: "La literatura tiene que ser un añadido al mundo" II

(Doy la segunda parte de la entrevista con Sánchez Dragó.)


"-¿Tiene algún título para su libro?"
-Estoy manejando más de treinta títulos; podría ser "Niño raro, niño lobo".
"-Que le llamen raro a un escritor no es un insulto, ¿verdad?"
-A mí siempre me llamaban raro, en la familia, en todas partes. A mí eso lejos de agredirme me halagaba profundamente. También me llamaban en el colegio la Rata Literata, y Lunilla, que me lo puso un profesor, porque siempre estaba en la Luna, distraído.
"-Juan Goytisolo ha dicho hace poco que “la literatura es el dominio de lo raro”."
-Totalmente de acuerdo. Si eres una persona normal para qué coño vas a escribir. La literatura tiene que ser un añadido al mundo, algo nuevo que añades a la realidad.
"-¿Considera que su vida ha sido plena?"
-Sí. Aquí tengo el problema de que es un libro luminoso. No tengo momentos oscuros. Yo he vivido el colegio, el franquismo y la mili, pero no hay oscuridad ahí. Tengo una sensación de plenitud muy potente. Supongo que todo el mundo estará pensando que este libro va a ser muy escandaloso, y es posible que cuando cumpla veinte años el libro sea más escandaloso, pero hasta ahora los escándalos son muy sutiles. Yo tengo recuerdos del franquismo muy luminosos, pero no es un juicio político, sino personal, de mis recuerdos. Para mí todo ha sido muy luminoso.
"-¿Es una persona entusiasta?"
-Sí, el otro día publiqué un artículo sobre una corrida de José Tomás. Ha sido como comentar las "Meninas", la "Venus de Milo"… Esas cosas son de una persona entusiasta.
"-¿Es bueno o malo ser entusiasta?"
-Es bueno y malo, porque luego te das cuenta de que no había motivos para ser tan entusiasta, de que las patas de la silla están serradas y te pegas el batacazo. A mayor batacazo mayor decepción. Pero el entusiasmo es como un cohete en el culo, una gran fuerza, aunque te puedes estrellar, te puedes ir demasiado lejos.
"-¿Cuál es su anhelo en la vida?"
-Mi vocación es que no me conozca nadie, pero por culpa de mi entusiasmo, de ese cohete en el culo, me he convertido en todo lo contrario de lo que quería ser. Radios, televisiones, columnas… El gran problema que yo he tenido ha sido el de las mujeres, el de los matrimonios; mi vocación es de vida solitaria y ésta es mi séptima vida conyugal. El otro gran problema de mi vida es el no saber decir que no, que me ha llevado a hacer cosas que no me gustan muchas veces.
"-¿Qué le gustaría hacer en el futuro que no haya hecho?"
-Lo único que de verdad me gusta, de verdad, es escribir, viajar, estar solo y lejos. E ir al cine, comer bien, follar… Eso es lo que a mí me gusta en la vida.
"-¿Tiene alguna asignatura pendiente?"
-Todo es una asignatura pendiente, porque las necesidades de todo vienen después una y otra vez, cuando ya has satisfecho las anteriores. Por ejemplo, conozco unos cien países, pero hay unos setenta que no conozco… Libros, he leído muchísimos, pero hay muchos otros, muchos más, que no he leído.
"-Entonces, todo está en movimiento."
-El pasado no importa, lo que importa es el presente. La vida vuelve a empezar en cada instante. Por eso me gustan tanto los toros; son alta filosofía, es un suspiro, dura mientras dura, luego se desvanece. Así es la vida, como una tanda de naturales. El torero para, templa, manda, liga y carga la suerte, quien en su vida hace esas cinco cosas no ha vivido en vano. Por eso la tauromaquia es la más alta escuela de la vida.
"-Usted que ha conocido a tantos, ¿hay un perfil de escritor?"
-Ser niños raros, se lo he dicho. Pero yo diría que fundamentalmente hay escritores que no saben escribir, y se empeñan en escribir, pero las palabras les salen como un parto. Y luego hay escritores que les brotan las palabras, con facilidad. Los dos tipos son escritores y son interesantes. Faulkner y Dostoyevski parían las palabras, y luego hay otros como Hemingway, que escribían con mucha facilidad. Luego hay otro problema: los que imitan a Faulkner…


Eduardo Martínez-Rico

domingo, 30 de agosto de 2009

Sánchez Dragó: "La literatura tiene que ser un añadido al mundo"

(Hoy publico la primera parte de una entrevista con Fernando Sánchez Dragó. Se la hice en septiembre de 2008, y creo que no ha perdido vigencia. Dragó sigue escribiendo su libro de memorias, o por lo menos aún no lo ha publicado. Es una entrevista inédita, y por lo tanto tiene más valor.)

Es un escritor mediático, presente en todos los medios de comunicación nacionales. Es un gran viajero, ha estado en decenas de países, y el fruto de sus viajes ha desembocado en libros como "Gárgoris y Habidis" o "El camino del corazón", entre otros muchos títulos. Ahora Sánchez Dragó está escribiendo sus memorias, entre la memoria y la ficción, que podrían titularse "Niño raro, niño lobo", aunque tiene más de treinta títulos para elegir.
Sánchez Dragó no tiene pelos en la lengua, y para todos tiene una palabra interesante o un libro que recomendar. Al realizar esta entrevista el escritor se encontraba en Barcelona, en sus múltiples tareas como presentador televisivo y conferenciante. Aquí hablamos de su pasado, de la literatura y de su ser más íntimo.

"-¿Por qué es tan viajero, “un saltamontes”?"
-Es como si me preguntaras por qué soy tan moreno. Yo nazco como un carácter, como una vocación, como un destino, y los destinos se trenzan en mi vida. La mayor parte de los libros que leo de niño son los de viajes, y los primeros libros que escribo son de viajes.
"-¿Siempre ha viajado?"
-Desde que me acuerdo he viajado, hasta el punto de que hice mi primer viaje transoceánico con un año, cuando salté con mi madre y mi hermana en una avioneta hasta Orán. Y desde ahí a Melilla... acabamos en Galicia, y todo eso sucedió en mi segundo año de vida. Desde mis quince años eché a caminar por Castilla; le cogía un poco de dinero a mi madre y me echaba a caminar.
"-¿De dónde nacía ese impulso?"
-Supongo que era la frase de Baudelaire: “Al fondo de lo desconocido para encontrar lo nuevo.” Lo malo es que detrás de la raya del horizonte suele haber turistas con alpargatas. Ya no resopla allí Moby Dick.
"-¿Dónde está la relación entre el viaje y la escritura?"
-Cuando empiezas un libro no sabes dónde te va a llevar el libro. El viaje es zigzaguear. Yo defino el viaje como el trayecto más largo entre dos puntos. Es una experiencia muy parecida a la de escribir un libro. El ser humano está hecho de bipolaridades: apolíneos y dionisíacos, nomadismo y sedentarismo… Esto está inscrito en los orígenes de la humanidad, en el inconsciente colectivo de la humanidad. Yo nací nómada.
"-Está escribiendo un libro sobre “los momentos estelares de mi vida”. ¿Cuál fue el primer impulso del libro?"
-El impulso del libro es escribir mis memorias, pero mi vida es muy rica y me va a llevar varios tomos contarla. Ése es el primer problema; el segundo es que tengo que evitar sucesos que ya he contado, porque toda mi literatura es autobiográfica; a veces en primera persona, novelado, pero siempre he ido contando grandes parcelas de mi vida.
"-¿Cuál es el primer “momento estelar”?"
-Mi primer recuerdo, mío, no que me lo hayan contado… la primera imagen que tengo remontándome en el tiempo, es que tengo tres o cinco años y viene una mujer a casa y me pregunta: “¿Y tú qué quieres ser de mayor?”
"-¿Cómo es ese libro tan “particular”?"
-No es una autobiografía, es muy novelado, muy literario y está escrito buscando momentos estelares, según el modelo que acuñó Stefan Zweig, en lo personal y en lo histórico. En mi caso es lo personal. Yo estoy descubriendo momentos agazapados en mi subconsciente, que ignoraba que existieran y que fueran tan importantes para mí. Es como tumbarte en el diván del sicoanalista, pero el sicoanalista soy yo.
"-Y por lo tanto es un libro bastante sorprendente para usted."
-De todos los libros que he empezado éste es el que menos sé dónde me va a llevar.
"-¿Cuál es el momento más estelar de los que ha escrito?"
-Éste que le he contado es muy estelar, porque yo no recordaba que a esa edad quisiera ser escritor. Es muy raro que un niño con cuatro años quiera ser escritor, que lo tenga tan claro. Fue como una iluminación, algo que sucedió dentro. En aquella persona era “el principito” que todo lo aprendió en los libros y en los cines.
"-¿Qué películas?"
-En aquellos momentos, por ejemplo, la película "Las cuatro plumas" me descubre el espíritu del viaje, de la aventura, África, el Sáhara… cosas que luego serán constantes en mi vida. La otra película fundamental es El mago de Oz, donde se invitaba a descubrir a los personajes agazapados en el subconsciente, para ser valiente, tener la cabeza fría y el corazón caliente, porque eso es ser un hombre.
"-Eso es lo que pedía Unamuno."
-Sí, en efecto. Luego hay libros como "Guillermo", "Tom Sawyer", muy importantes para mí, y está el descubrimiento excelso que es el primer atisbo de la sexualidad. Se produjo el mismo instante en que apareció la señora a la que le dije que quería ser escritor, que era muy pechugona. Yo recuerdo ahí un impulso sexual, porque le miraba el pecho. Así yo me voy dando cuenta de cómo van surgiendo elementos fundamentales en mi vida: el sexo, la aventura, el viaje…
"-¿Qué pensaba al leer esos libros?"
-Cuando leo "Guillermo" y "Tom Sawyer", quiero ser estos dos personajes, pero cuando veo El mago de Oz quiero ser Judy Garland. Es el ying y el yang, la bipolaridad. A mí me habría encantado ser mujer, pero seguro que si hubiera nacido mujer me hubiera gustado ser hombre.

sábado, 29 de agosto de 2009

Inicio de temporada

Se me están acabando las vacaciones, como a tanta gente. No han sido vacaciones del todo, porque he trabajado durante el verano, pero las ha descansado y disfrutado como si lo hubieran sido.
Sigo preparando las primeras clases –y la visión de conjunto de todo- y pensando en un libro nuevo. En agosto terminé una novela infantil, a la que seguramente tendré que volver para retocarla; me llena de satisfacción haber terminado ese pequeño libro. Ahora, cuando repaso los contenidos de mis cursos, pienso en cuánta información nos metemos en el cuerpo y lo importante que es, por encima de eso, pensar, aprender a pensar, reflexionar bien para luego actuar mejor.
Durante todos los cursos de nuestra formación, desde pequeños, nos han enseñado a memorizar, y me temo que el utilizar bien lo aprendido ha corrido por nuestra cuenta. Debemos utilizar constantemente la información que metemos en nuestra cabeza, para que no se llene de polillas rápidamente, inútil. Que todo lo teórico que aprendamos tenga un efecto inmediato para que pueda ser útil a largo plazo.
La sabiduría consiste en pensar, decir, actuar bien.
He trabajado, y trabajo, mucho el periodismo, que supone el corto plazo, el andar sobre el alambre, aunque toda palabra que decimos o escribimos, todo lo que hacemos, es el punto final de una larga cadena que viene de muy lejos.
Me gusta trabajar a largo plazo, invertir. Sé que todo lo que hago, también, va a tener un efecto en el futuro, una repercusión, y lo veo constantemente. Constantemente estoy recogiendo frutos de lo sembrado hace mucho tiempo, a menudo en mi infancia. El trabajo del escritor, en gran parte, consiste en eso. Hundimos nuestro cubo en el pozo de nuestra vida, de nuestras lecturas, de nuestra imaginación y cultura, labradas de ayer y de siempre, y lo lanzamos al futuro. A veces le llega al lector nuestro fruto años después de haberlo sembrado.
Esto es satisfactorio y enseña a ver las cosas con gran perspectiva. He aprendido a ver la vida, las personas, con amplitud, y también, todo lo que puedo, a controlar mis juicios.
Pido constancia y esfuerzo para esta nueva temporada que empieza. Somos como los futbolistas; el año empieza en septiembre, no en enero. Hemos descansado, me noto con las fuerzas recuperadas, y al mismo tiempo lleno de una leve inseguridad, un ligero miedo. Esto es bueno. El exceso de confianza es fatal, pero gracias a eso se han iniciado muchas grandes empresas. La seguridad se confunde en ocasiones con la fe; la fe es un tipo de seguridad.
He hecho los deberes: me he preparado todo lo que tenía que prepararme. He seguido fiel a mis convicciones. Hago lo mismo de siempre con algunos cambios. Me conozco: no soy perfecto, ni muchísimo menos, pero tengo virtudes y cualidades que estoy dispuesto a explotar, minuciosamente, incluso las que no he explotado. Creo que en general todos somos mejores de lo que estamos dispuestos a ser.
No se trata de demostrar nada. Se trata de vivir mejor, cada día y con la perspectiva de la lejanía. Eso que llaman un proyecto, o varios, sabiamente entrelazados.
Muchos estamos a punto de atravesar el túnel de las vacaciones hacia el trabajo normal. Seamos serios, todo lo que podamos, pero no perdamos la alegría de vivir. Habrá problemas, nos hartaremos, habrá baches, todo pasará… momentos malos y buenos. Lo que importa es lo que somos y lo que queremos ser, aunque los cambios sean mínimos.
Esto lo hemos hecho muchas veces. Quien más quien menos todos vamos cumpliendo años. Ya tenemos cierta experiencia. Dice Epicuro que lo bueno del dolor es que, cuando es grande, es muy breve, y cuando es largo es muy poco intenso.
Suponiendo que volver a trabajar sea un dolor, éste va a ser muy poco intenso. A los dos días ya se nos habrá olvidado lo que nos costaba empezar a trabajar. Ya estaremos inmersos en nuestros deberes y en nuestras pequeñas ambiciones. Que la suerte que tiene la gente a la que les gusta o apasiona su trabajo –yo me encuentro entre ellos- contagie a los demás. El trabajo siempre es trabajo, y tiene sus inconvenientes y códigos, aunque seas la persona más realizada del mundo.
Bienvenidos a la temporada 2009-2010. Que juguemos buenos y grandes partidos. Que disfrutemos en el campo. Que lo hagamos por algo y para algo.

viernes, 28 de agosto de 2009

Pilar Jericó: "La fuerza está en el ser humano" II

(Doy a continuación la segunda parte de mi entrevista con Pilar Jericó sobre su libro "No Miedo")


"-En su libro acude a Aristóteles cuando dice que hay un miedo que es prudencia, que es sabiduría."
-Aunque se puede transformar en miedo tóxico… Pero ése es el miedo sano.
"-Me parece muy importante, porque eso es reconocer que hay un “miedo bueno”, que el miedo puede ser útil. ¿Usted qué miedos tiene?"
-Yo todos –se ríe-. Los conozco todos: miedo a no llegar a fin de mes, miedo al rechazo, miedo a la pérdida de poder, miedo al cambio, miedo al fracaso… Quizá éste último sea el peor.
"-Cuando leí esto se me vino una persona a la cabeza: Camilo José Cela. Tenía tanto miedo a fracasar que eso le llevó a triunfar."
-Es sano el tener miedo, pero hasta un punto. Cuando analizas a las personas que son de logro, cuando algo no les sale bien… lo sufren mucho. Los problemas asociados a la autoestima son muy importantes. Llegas a creer que eres lo que consigues, y si no logras lo que está en tus manos crees que vales menos.
"-Entonces la autoestima es el antídoto."
-En el fondo detrás de todo esto está la autoestima, indudablemente. Está relacionado con la seguridad con uno mismo… Es una amalgama.
"-Un laberinto."
-Sí, hay una frase de Krishnamurti que me gusta mucho: “Lo contrario del amor no es el odio, sino el miedo.” Cuando uno tiene miedo sólo piensa en sí mismo, está agazapado por toda la presión… Cuando no tiene miedo está abierto al mundo, y en el fondo la felicidad está en la apertura al mundo, no en encerrarse en uno mismo.
"-Además, cuando desaparece la inseguridad es cuando más te das a los demás, cuando sientes más que los demás eres tú… "
- El libro de Albert Figueras, Optimizar la Vida, es una guía de herramientas para ser feliz. Habla de que la gente cuando es más feliz es más altruista, y que la felicidad va de la mano del no tener miedo. Y hay otro autor que habla de la felicidad, Csikszentmihalyi, y dice que la felicidad es la sensación de dejarse fluir: buscando un reto, poniendo tu potencial en juego… la sensación de abrirte. Estar encerrado en uno mismo parece el peor antídoto para la felicidad.
"-Dice que las empresas, hasta ahora, han gestionado en gran parte utilizando el miedo. Pero esto está cambiando, ¿no?"
-Es un cambio que cuesta. Son muchos siglos utilizando el miedo, porque es un sistema relativamente cómodo de gestión de personas, sean trabajadores, ciudadanos o feligreses.
"-¿Podría explicar este cambio?"
-Sí. Lo importante ya no es crear un producto y olvidarte: es crearlo, satisfacer al cliente, innovar. Todo eso hace que el miedo como sistema clásico no tenga tanta cabida. Porque el miedo no es creativo, sólo consigue que la gente sea obediente; el miedo anula. La creatividad la dejan para sus hobbies. Cuando hay miedo no ponemos en juego nuestro talento. Si una empresa quiere que la gente obedezca, como las cadenas de montaje que decía Henry Ford, utilizará el miedo.
"-¿Ha analizado el miedo en la política?"
-No, pero son sistemas que funcionan más o menos igual. Es muy fácil verlo: mensajes ambiguos, cosas nada claras, ver peligros en donde no los hay… son formas de crear miedo. Supongo que lo que sucede en una empresa se puede trasladar perfectamente al mundo de la política.
"-Usted ha entrado con fuerza en el mundo del management. ¿Qué opina de la situación actual del management?"
-Yo creo que estamos cambiando muchísimo, a gran velocidad. El gran reto del management está en sacar el potencial de la persona, porque la competencia cada vez es más aguda, más difícil de gestionar. Creo que el reto está en el talento; creo que a nivel mundial, para las empresas, la diferenciación está en el talento, y en particular, en España, en el desarrollo del liderazgo, algo en lo que a ciertos niveles hemos estado un poco atrás.
"-¿Hay tantos puestos de líder como los autores de management señalan? Hay como una obsesión por el liderazgo."
-Yo creo que el liderazgo se ha encumbrado. En Estados Unidos son aún peor que nosotros; son tremendamente mitómanos. El líder es una pieza fundamental de un equipo. Creo en el talento de equipo, no en los líderes en solitario. No creo en el líder mezcla de John Wayne y Einstein, como dicen Ridderstråle y Nordström, autores del Karaoke Capitalism.
"-¿Cómo es el líder en el que usted cree?"
-Un líder puede ser cualquiera de nosotros. Además, creo que todos podemos ser líderes en pequeñas parcelas de nuestra vida. Quizá la palabra líder se vende mucho, pero creo que el liderazgo es mucho más sencillo. Los buenos líderes son en el fondo personas muy sencillas a las que te apetece seguir.
"-Usted llama mucho la atención sobre el talento organizativo."
-Para mí es la clave. Es que hay un líder pero hay otros que aparentemente no lo son. A Michael Jordan se le dijo que no se le valoraría tanto por los puntos que metiera él, como por los que hiciera meter a sus compañeros. Yo creo que eso es más un líder.
"-Usted también es coach, entrenadora personal de directivos. ¿Cómo es su coaching?"
-Muy relacionado con los miedos, aunque no lo digo. He descubierto que con gente que ha llegado muy lejos, con talento de sobra, me parece más interesante trabajar sobre los miedos. Porque probablemente esa persona ha triunfado, pero tiene miedo a equivocarse cuando toma decisiones, o a sentirse aislado en determinados entornos. Si ayudas a trabajar a esa persona desde ese foco, tiene mucho más potencial. Es mucho más productivo que trabajar la motivación, porque eso se da por supuesto.

Pilar Jericó: "La fuerza está en el ser humano"

(Hace poco me llamó mi amiga la doctora Pilar Jericó. Me dijo que había terminado, después de un gran esfuerzo, un nuevo libro, y esto me ha recordado que yo tenía guardada una entrevista que le hice sobre su anterior obra, "No-Miedo". Esta entrevista no fue publicada porque en periodismo no todo lo bueno sale a la luz, aunque tarde o temprano acabe haciéndolo. Sé que Pilar Jericó tiene muchos seguidores y que alguno caerá en "Los días de Ícaro". Desde aquí mando a Pilar, como ella dice, "un beso grande", y le deseo toda la justicia que se merece su nuevo libro. Doy la entrevista en dos partes.)


Pilar Jericó, doctora en Organización de Empresas, es una de nuestras autoras de management más exitosas. Consultora de empresas, experta en “talento organizativo”, cree en los equipos y en la fuerza que hay dentro del ser humano.
En No-Miedo (Alienta) da las claves para conocer el miedo y superarlo. “Todos tenemos miedo”, dice, “lo que hay que hacer es concretarlo y enfrentarse a él.” El miedo preocupa a nuestros mejores pensadores, y sus investigaciones tienen una gran aplicación práctica en todos los órdenes de la vida. José Antonio Marina ha publicado recientemente una Anatomía del miedo. Tratado sobre la valentía (Anagrama).
Pilar Jericó se centra sobre todo en el mundo de la empresa. Pero sus consejos son fácilmente trasladables a cada terreno donde asoma el miedo.

"-¿Se puso a trabajar en el miedo por razones personales?"
-Al final del 2002 viví un cambio muy importante en muchos aspectos de mi vida. En esos momentos, te llenas de miedos, los conoces todos. De repente te das cuenta de que puedes quedarte clavado en el miedo o puedes buscar tu trascendencia.
"-¿Y en su caso cuál es?"
-Yo creo en lo que hago. Escribo porque creo en lo que escribo; no pienso nunca en vender más o menos, porque eso podría bloquearme. Cuando me enfrento a conferencias, seminarios… mi vocación es ayudar al otro a descubrir lo que lleva dentro. También hago coaching.
"-El miedo nos separa de la consecución de nuestras mejores empresas, de la propia felicidad. Usted nos enseña a que no nos paralice. ¿Por qué le interesa tanto el miedo?"
-Porque es la otra cara del talento. Yo empecé con el talento en mi tesis doctoral. Me di cuenta entonces de que había dos elementos fundamentales. Primero, el talento en sí mismo da miedo; hay gente brillante que no acaba de cuajar en la empresa, porque una persona más brillante que tú te puede suponer una competencia. Segundo, el miedo se utiliza también como fórmula de gestión de personas. Yo he visto empresas que lo utilizan de este modo. Creo que el paso previo para trabajar el talento sería aislar el miedo.
"-Entonces, el talento da miedo, pero a los demás."
-Sí, pero hay más cosas. El primer enemigo para el desarrollo del talento es el miedo. Es la gran ancla para desarrollar nuestro potencial. No sólo es el miedo de fuera, sino también el miedo interno el que te frena considerablemente.
"-¿Inseguridad?"
-Sí, en el fondo hay inseguridad. Hablamos de dos tipos de miedo: uno sano, equilibrante, inteligente, que nos hace ser prudentes, y un miedo tóxico, que nos paraliza. Ése es el miedo que genera la empresa. El miedo inteligente es biológico, mientras que el miedo tóxico es biología más inseguridad.
"-Usted repite mucho una frase de Nelson Mandela: “El miedo hay que conquistarlo”."
-A mí lo que más me gusta de la frase de Nelson Mandela, es que implica reconocer que todos tenemos miedo, un paso importantísimo. Podemos conquistarlo o hacernos amigo de él. Lo terrible es no tener miedo. Cuando tengo miedo a hacer mal un proyecto, se me activa una fuerza que, si la canalizo, me sirve para hacer un gran proyecto sin esfuerzo. Es algo sano, siempre y tanto no te paralice, que no sea tóxico.
"-Entonces, es fundamental reconocer que tenemos miedo, y tener claro que es superable. ¿Cómo podemos “conquistar” el miedo?"
-Primero hay que mirarlo a los ojos; el peor miedo es el ambiguo. Esa frase: “Atente a las consecuencias”. Eso es lo peor que te pueden decir, porque lo que imaginas siempre es peor que la realidad. ¿Cómo lo atacas? Haciéndolo muy concreto, llevándolo al terreno de lo práctico: ¿qué sucedería si me despidieran?; ¿cómo actuaría? Tengo ahorro, tengo desempleo… no me tiro al vacío. Desde lo concreto podemos actuar.
"-Podemos pensar que en este tema no hay teorías, no hay recetas, como si el miedo fuera algo exclusivamente práctico, que se sufre o no. Pero usted ha investigado el miedo detenidamente, desde la empresa y desde la vida cotidiana. ¿Qué consejos nos da?"
-Un tema que ayuda mucho es identificar la misión trascendente que todos tenemos. En el periodismo es la comunicación: tú puedes escribir un artículo para salir del paso, o puedes escribirlo para transmitir un conocimiento, o para difundir una información a otra persona. Entonces tienes más fuerza.
"-¿Podría poner algún otro ejemplo?"
-No es lo mismo dar una conferencia por darla que por compartir con unas personas lo que tú crees, en lo que tú crees. Aunque tengas miedo, no te paralizas. Como dice Viktor Frankl, hay que buscar el para qué.

jueves, 27 de agosto de 2009

La lectura

Los libros, como las personas, necesitan paciencia. Tal vez por eso la gente lee tan poco.

Mi beso

Mi beso visita tus días, amor.

El regreso

El regreso se hace a paso tranquilo, disfrutando del paisaje y atento a la carretera, introduciéndonos poco a poco en el mundo que nos espera, saliendo poco a poco de aquel otro al que hemos pertenecido un tiempo.
Piensa, despacio, en lo que te vas a encontrar, en tus obligaciones, en las ganas que tienes de hacerlo todo bien, mejor que bien.
No te agobies, no tengas prisa. Todo se hace una cosa detrás de otra. Estás preparado para hacer todo lo que te vas a encontrar. Ahora, antes de dar cada paso, medítalo una vez más, pero no rehuyas la acción.
Buen viaje.

miércoles, 26 de agosto de 2009

Antes del regreso

Antes del regreso, repasar con toda nuestra imaginación los momentos del viaje, los mejores, los peores y los medianos, pero intensamente los mejores.
Antes del regreso dar gracias al cielo por el viaje, las vacaciones, lo que hemos hecho, lo que hemos aprendido.
Antes del regreso imaginar con todas nuestras fuerzas lo que nos vamos a encontrar en casa y el trabajo que nos espera. ¿Cómo he cambiado? ¿En qué medida me ha afectado el viaje? ¿He mejorado?
La vida no vale nada si no somos testigos conscientes de nuestros avances. Entre lo bueno y lo malo hay que quedarse con lo bueno, como una película, pero no olvides que la sabiduría más valiosa la dan los malos tragos.


E.M.R.

martes, 25 de agosto de 2009

Para cuando no me tengas

Amanece
Dentro de ti
Cuando te beso
Por primera vez,
Tras la tormenta,
En el nudo
Que eres tú
Y soy yo,
Calmando
El rayo
Y su luz.
Respiras intranquila,
Encima de mí,
Cantando al viento,
Sobre el dragón,
Peinando las olas.
Eres redonda y esbelta,
Te amo
Por ser imperfecta
Y porque me haces
Feliz.
Cuando te hago el amor,
A veces,
Pienso quién eres,
Quién soy yo.
En tus movimientos
Sabios de mujer
Está el mundo.
En mi placer
Y jadeo
Se sublima
El sufrimiento.
Yo soy mucho
Más tú
Dentro de ti,
Tú me haces
Grande.
Un día no me tendrás
Y recordarás
En noches de tormenta
Mis besos
Ingenuos,
Mi fuerza de toro
Hispánico.
Este papel
Llamará a tu puerta
Y con él sentirás
Lo que ya
Fue tuyo.


Eduardo Martínez-Rico

¿Por qué hablamos?

Hablamos porque necesitamos a los demás.


E.M.R.

lunes, 24 de agosto de 2009

Ámate

Ámate y respeta a los demás. Con eso, en principio, basta.


E.M.R.

Al despertar

Al despertar, dar gracias por un nuevo día, por estar vivo. Pensar en el proyecto de la jornada que empieza y en nuestro proyecto de vida. Ser positivo, coger lo mejor. Pensar que los fracasos, y de todo hay, son una oportunidad para el triunfo. Querer ser, una vez más, mejor, pero no agobiarse si no estamos a la altura de nuestras expectativas, nuestros deseos y nuestras exigencias. Comprender mejor a los demás es comprendernos mejor a nosotros mismos.
Hacer un guión, flexible, de lo que queremos para el nuevo día. Una carrera se construye con muchas carreras, una vida con muchos días. No sueltes la brida de tu caballo, pero confía en él para cuando estés perdido. Tu caballo es todo lo que debe ser controlado, vigilado, el que te lleva a todas partes, dirigido por ti. Pero tu caballo también es tu instinto y, llegado el momento, te puede salvar la vida. Elige los momentos en que debas seguir tu instinto. En esos momentos, suelta la brida y déjalo moverse. Él es parte de ti.


E.M.R.

domingo, 23 de agosto de 2009

Antes del sueño

Antes del sueño, recapitular el día, celebrar lo bueno, superar y minimizar lo malo. Antes del sueño, orar, breve pero intensamente. Antes del sueño dar gracias por la vida, por esta vida y por tener sueño, uno de los grandes placeres del mundo, quizá el mayor, al alcance de todos. Antes del sueño, sin obsesiones, planear un poco el día siguiente. Antes del sueño sentir un leve orgullo por ser quien uno es y por lo que quiere ser.


E.M.R.

Dorados

Culos negros,
Dorados,
Al sol expuestos,
Prietos,
Duros,
Exhibidores
De la juventud.
Los verás
Hasta morir,
Al lado del mar,
Como estatuas
Sin nombre,
Haciendo zozobrar
Los barcos
En la costa,
Sirviendo deseo
A buen precio.


E.M.R.

sábado, 22 de agosto de 2009

El Viaje

En la bruma
Un enano
Porta una espada.
"Cabalga",
Dice,
"Hacia el poniente,
Y la encontrarás".

He luchado
Contra gueopardos,
Contra dragones
He luchado;
He tenido
Que parlamentar
Con reyes
Inhóspitos…
He atravesado
Océanos
De rica soledad.

Yo sabía
Que tú estabas
Esperándome,
En el poniente,
pero he encontrado
Muchas tús
En mi camino.

Abre tu pecho,
Princesa,
Exhala el mar
De tu figura,
Cree en mí
Y en el amor,
En mi pureza,
En el bien eterno
Que te deseo.

Ya he firmado
Nuestros esponsales
Antes de llegar
A tu palacio.
Las trompetas
Del ejército
De tu padre
Saldrán a recibirme
Y tú estarás
En el centro
Del cortejo.

Te amo,
Reina,
Ya lo sabes.
Siempre.


E.M.R.

Carta a los lectores

Hoy nadie escribe cartas, o muy poca gente. Estoy haciendo un trabajo de catalogación de los documentos de un escritor, y puedo percatarme de que a medida que nos acercamos al presente la gente deja de escribir cartas. Creo que nunca se ha escrito tanto como ahora, pero de otra manera. Ahora escribimos correos electrónicos, que son las cartas de antes, pero casi siempre son cortos, telegráficos y con muy poco sentimiento. Por eso se me ha ocurrido escribir una carta, larga, a mis lectores.
No sé cuántos lectores tendré. Llevo unos cuantos meses escribiendo en El Norte de Castilla y no sé a cuántos habrá intrigado este recuadro con mi nombre y el encabezamiento de “Escritor y profesor…” ¿Resulta eso atractivo? Para mí sí, pero los otros no son yo.
Los lectores van conociéndome poco a poco, pero podría tirarme el resto de mi vida escribiendo estas columnas y podría ocultar mis más ocultas ideas, sentimientos, defectos. Soy una persona con seguridad en sí misma, con fuerza de voluntad, como me dicen, con energía –también me lo dicen-, con una gran vocación literaria, por supuesto, pero también tengo agujeros. Soy bastante firme en mis convicciones, pero muchas veces digo que no voy a hacer algo y luego lo hago. Me gusta mucho, muchísimo, leer, pero más me gusta escribir. Ahora leo sobre todo para documentarme para mis libros y para preparar mis asignaturas.
Creo que conduzco bien, incluso muy bien, pero me oriento muy mal, fatal. Estoy contento de cumplir años, porque cada vez pienso mejor. Aprendo mucho de los demás, y si algunas veces tiendo al desprecio hacia alguien, luego siento muchos remordimientos.
Llevo toda la vida haciendo deporte. Para mí el deporte es tan importante como el trabajo o el amor, y lo hago como algo útil, porque me siento mucho mejor. Me gusta emplearme a fondo, pero sólo en lo que me gusta, en lo que me importa de verdad, aunque muchas veces he aceptado un trabajo que no me gustaba nada y luego me ha enganchado.
Lo que más me gusta es sentarme delante de este ordenador y escribir, según lo que ya he pensado antes o a lo que salte. Una columna es una mezcla de las dos cosas. Una novela también. Cualquier libro.
A veces pienso en los lectores, en cómo serán, y creo que los tengo delante cuando paseo por las calles de Segovia, de Castilla León, esa tierra tan noble, tan noble.
Los veo en los castellanos que ya conozco. Yo tengo familia castellana y sé de qué hablo, aparte de que los madrileños tenemos mucho de castellanos y probablemente los riojanos también. El ayer, el hoy y el mañana. Mi abuelo era de Enciso, La Rioja.
Soy una persona con muchos miedos, pero que los supera cada día, o trata de hacerlo, que es como superarlos. Tengo una gran seguridad por las grandes cosas y poca por las pequeñas, pero al final van saliendo unas y otras. He conseguido lo que quería de niño, tener un papel y un bolígrafo en la mano toda la vida. Parece fácil, pero no lo era, no lo es.
Miro el Monasterio de la Santa Cruz la Real, donde doy clases, y lo encuentro magnífico, luminoso, auténtico. No quiero ser otra cosa: auténtico. Lo que uno lee, lo que uno aprende, el fruto de los viajes, el contacto con las personas, nos enriquece como sin darnos cuenta, pero la autenticidad hay que lucharla cada día, cada segundo.
Me ha salido una carta un poco extraña; no lo he contado todo pero ha sido verdadera.


Eduardo Martínez-Rico

(Artículo publicado en "El Norte de Castilla" el 19 de agosto de 2009)

miércoles, 19 de agosto de 2009

Ánimo

Pocas palabras me son más agradables, más agradecidas, como “ánimo” en el momento justo. De esto no caí en la cuenta hasta que no me vi harto, desesperado, del esfuerzo de escribir un libro, con los contratiempos que eso genera, que la vida genera, sin que un libro esté por medio.
Vivimos un momento difícil. A los problemas que todos tenemos, porque la familia, el trabajo, los amigos, los novios, etc. son más que suficientes para crearlos, ahora se une la crisis, que a muchos ha dejado sin trabajo y sin dinero. Yo soy un privilegiado porque, a primera vista, no me ha afectado nada, más bien al contrario, ahora estoy mejor que cuando empezó la crisis. Pero mi caso es particular.
Ánimo. Ahora yo también tengo la costumbre de desearle ánimo, al despedirme, a quien veo que lo necesita. Tengo una alumna, por ejemplo, que lo está pasando muy mal por temas personales, profesionales y sentimentales. En todos mis mensajes, y en nuestras conversaciones telefónicas, le digo “Ánimo”, y sé que es bienvenido.
La mayoría de nuestros problemas son de usar y tirar, quiero decir que se van con la misma velocidad con la que han venido. Ahora la cosa se ha puesto más seria, y eso que vivimos en un país desarrollado… de los más ricos del mundo. Es verdad que estamos mal acostumbrados, pero no se puede juzgar a todos de la misma manera.
Hemos construido una sociedad opulenta, aparentemente satisfecha, con tendencia a la corrupción en sus máximas instituciones, una sociedad amiguista que sólo se fía de la gente que conoce, de las recomendaciones, de lo que todos sabemos.
Vivimos una sociedad que produce de todo, y también los bienes más sofisticados y nobles, como los espirituales y los culturales, pero que también tira por el retrete lo mejor que tiene.
Vivimos en un mundo privado, exclusivo, donde las imágenes de pobreza, hambre y guerra no dejan de ser un entretenimiento para nosotros, pues en general no nos afecta, y son algo así como una película. Mientras vemos películas tristes nos conmovemos, pero en cuanto se ha acabado volvemos a nuestra vida y no hacemos nada, poco. Yo el primero.
Vivimos en una sociedad en la que todos queremos que nos quieran, que nos comprendan, que nos den el trabajo con el que soñamos, para el que somos aptos. Queremos casarnos con una persona maravillosa. Queremos ganar mucho dinero, o por lo menos el suficiente. ¿Pero cuál es el suficiente?
No nos engañemos, nuestro mundo tiene unos patrones diferentes al del resto de los países, prácticamente todos los países. Los psiquiatras están llenos, nadie quiere a nadie, o sí lo quiere, pero en seguida se cansa de quererlo. Tenemos tolerancia 0.
Necesitamos darnos ánimos porque vivimos, a nuestra manera, en un país subdesarrollado. Estamos perdiendo nuestros valores, nuestra fuerza, lo que ha ido construyendo este país desde sus peores tiempos. Hemos dilapidado nuestra mejor herencia. Algo nos queda, pero muy poco. Nos ha confundido el brillo del oro, falso oro, y nos ha hipnotizado el olor de nuestros perfumes caros. Todo es superfluo cuando vivimos sin brújula.
El que tuvo retuvo. Claro que seguimos siendo nobles, generosos, sabios, prudentes, compasivos… y conservamos muchas otras virtudes, pero están latentes, dormidas. En las guerras no se trata de destruir al adversario sino de desmoralizarlo y hacerle perder el equilibrio. Necesitamos “Ánimo” para recuperar el Norte.
Tenemos que recuperar la fuerza para trabajar día a día, para sobreponernos a la contrariedad, para mirar al otro con más altura moral. Debemos ser más personas porque nos estamos debilitando.


E.M.R.

(Artículo publicado en "El Norte de Castilla" el 12 de agosto de 2009)

martes, 18 de agosto de 2009

La Actualidad

Nunca fui amigo de los periódicos, o al menos buen amigo. Cuando era niño leía las páginas de deportes, con gran placer; luego me hice asiduo de las críticas de las películas, y poco a poco fui ampliando el repertorio. Durante la carrera apenas leí periódicos, ya tenía bastante con mis amados libros. Eso sí, leía las críticas de la cartelera. La verdad es que, si lo pienso bien, todo lo que he leído en la vida me ha deleitado, con mayor o menor esfuerzo, y me ha servido para algo. Siempre he acabado escribiendo los géneros que leía.
Después de la carrera me doctoré con una tesis sobre un escritor y periodista, y ahí volví al periódico con bastante fuerza. Por sentido práctico, si alguno tengo –y si no lo tengo me lo tendré que inventar-, empecé a ejercer como periodista. Ahí me metí mucho más en la prensa. Pasados los años escribí un libro muy periodístico sobre un gran periodista. Nunca leí tantos periódicos en mi vida, y vi tertulias y todo lo que se pareciera a periodismo. Como me dijo Raúl del Pozo aquello tenía que ser como un máster para mí, y lo fue. Secretamente pienso que fue mucho más que eso.
Soy escritor de vocación, de esencia, filólogo de formación, periodista de profesión y profesor por fortuna y decisión. La actualidad me aburría; los días pasan y pasan las noticias: aparecen, explotan, crean su onda expansiva y se van. El mundo que tengo en mi cabeza es mucho más amplio, libre, permanente, imaginativo y hermoso que el de la actualidad, pero cuando se conoce la actualidad, cuando se inicia uno en el sentido de la actualidad, que es como el del tráfico, se disfruta muchísimo. Dar orden y coherencia mental a lo que va ocurriendo es un gran placer.
Uno de mis profesores de la carrera, al que tanto quiero, Antonio Prieto, siempre nos decía en el pasillo lo muy poco que le gustaba la actualidad. En mi opinión, la despreciaba. Él vivía en el pasado, en lo quedado, en lo permanente, y en sus clases iba a ese pasado escudriñando en la forma más bella que tiene de quedar ese pasado, la literaria. Era experto en la literatura renacentista, aunque sabía mucho de todas las épocas. En sus libros iba a Grecia y a Roma, a la Italia del Renacimiento, a la España del Renacimiento, y si escribía sobre el presente siempre era para teñirlo de Antigüedad, de calidad permanente, haciendo un contrapunto que significaba la corona de lo que ya no se pasará.
Leo los periódicos y me encuentro cosas fungibles, con fecha de caducidad clara. Sé que la Historia se hará también con ellos, y que los periódicos, no todo el periódico, es la antesala de la Historia.
Pero los encuentro aburridos, en general, y esto también se lo he oído a compañeros míos de letras y periodismo. Hay que hacer algo con la prensa española, con el periodismo español, como hay que hacerlo en otras esferas de la vida española. Pero este tipo de cambios sólo se hacen cuando no queda más remedio. Me parece que ha llegado uno de esos momentos.
Quizá vayamos a unos periódicos más especializados, y que la especialización la den los contenidos y la calidad. Habrá periódicos que no publiquen nada que no sea de gran calidad, y que destierren los chismes, la frivolidad, las noticias sin valor que sólo satisfacen a nuestros instintos más bajos, y no me refiero sólo al sexo. En cambio nacerán otros periódicos con todo eso.
Internet ya va en esa línea, especializándose cada vez más y ganándose muchos lectores.
Tengo una idea de lo que va a pasar con el papel, y lo escribí en un artículo, pero soy consciente de la potencia que tiene Internet. Cuando uno quiere leer algo, el libro o el artículo lo tienes o no lo tienes en casa, en cambio Internet lo tenemos muchísimos, cada vez más. Pero me gustaría que la calidad general de Internet, la más visible, subiera, ya que Internet lo utilizamos ya para las actividades más importantes. El nuevo medio tiene que cargarse de responsabilidad, sin renunciar a su libertad. Se puede ser libre y serio, libre y sólido, libre y aspirar a lo mejor.
Leo ahora mucho a los clásicos grecolatinos. Se dedicaban a escribir sobre lo esencial, lo permanente, lo que no pasa nunca, al menos los que estoy leyendo ahora. Nosotros nos hemos acostumbrado al usar y tirar, a la fecha de caducidad, a los aparatos bonitos, ultramodernos y rápidamente perecibles. Ellos escribieron para la eternidad y al mismo tiempo hablaban de la actualidad. Cicerón no deja de citar a sus amigos en sus diálogos y ensayos, y hay muchas referencias a la Historia de Roma de aquella época. Me cuesta ver esto en nuestros libros y artículos. Ellos querían saber sobre lo fundamental, sobre lo que es imprescindible conocer y dominar para ser mejores personas, mejores ciudadanos –muy importante para ellos-, más sabios, más responsables. Tienen tanto que enseñarnos… Si nosotros, por ejemplo, sintiéramos su responsabilidad hacia su patria, su cariño incondicional a su país, todo esto funcionaría mucho mejor, como a ellos, en medio de todos sus defectos y conflictos, les fue bien.
Marco Aurelio, en sus "Meditaciones", nunca habla de la actualidad, su actualidad, y era emperador de Roma, pero en cada palabra que escribe late todo lo que estaba viviendo. La vorágine está debajo, pero está. Creo que algo así podríamos hacer nosotros.
Leemos páginas de corrupción, de amantes de famosos, de best-sellers que estallan en todo el mundo y luego se desinflan, de la crisis que es el mantel sucio en el que comemos todos los días. Todo esto estaba en Roma, y estaba en Grecia, pero ellos lo sublimaban, sacaban enseñanzas, aprendían y actuaban. Los romanos eran maestros en el actuar, pero por lo menos había algunos que eran maestros en el pensar, y luego también en actuar. Cicerón sólo escribía en sus ratos libres, y se puso a escribir como una máquina cuando le sacaron de los asuntos públicos.
La verdad es que mi relación con la actualidad es profesional, pero ya que la tengo aprendo mucho de ella. Entre otras cosas, sobre la condición humana, y sobre este río en el que vivimos todos. El periódico apenas representa nuestra vida, pero parece que nos da un mundo más elevado, que nos afecta siempre. Yo no creo que sea más elevado, pero sí que nos afecta.
Escribo todos los días inundado de periódicos, pero busco lo permanente, lo que me ayuda a vivir y a escribir mejor. Quiero tocar la esencia del hombre, también en el periódico, y en los sabios que nos han iluminado el camino, a los que apenas conocemos.


E.M.R.

domingo, 16 de agosto de 2009

Controla

Descansas, te preparas para la batalla. Trabajas, lo justo, lo que crees lo justo. Nunca te podrás preparar tanto como quisieras, por eso abres la puerta, entornada, de la improvisación, del juego que llevas dentro, y del juego creativo y fructífero que está en todas las cosas.
El otro sexo te atrae y te provoca, pero procuras mantenerte digno ante él. Tú siempre estarás ahí, pero ya se pasaron los años de hacer acrobacias para llamar la atención y conseguir un favor de la mujer. Eso sí, utilizas tu palabra, lo que sabes, discretamente, tu autenticidad para hilar relaciones de amistad, de amor, de deseo.
Hace un tiempo maravilloso, continuado, estable, algo imposible en esta tierra en la que estás ahora, esta tierra que es también tu tierra, aunque cuanto más viajas más tierras tienes. Das gracias a Dios por todos estos días buenos en un lugar que nunca los tiene; es un buen tiempo imposible. Pero te cuesta más trabajar por las mañanas con este sol, la intuición del mar, a la vuelta de la esquina, las ganas que tienes de salir a correr a cuidar tu respiración.
Has viajado algo. Qué fecundo es el viaje. En medio de la preocupación de si todo va a salir bien, del imprevisto, de lo que no controlas, hay mucho que ver y sentir; te has emborrachado de paisajes, has comido bien, has hablado con gente estupenda con mucho que dar y contar.
Hay dos mujeres que te gustan, una ya en la memoria, otra aquí cerca. Qué extraño este estado de desear, de admirar, de querer que la mujer aparezca, de contenerse las ganas de buscarla para coincidir, dejando que sea el destino, el pequeño destino, el que elija los encuentros. Tú puedes hacer algo, pero bien mirado tampoco demasiado. Lo mejor es estar; no se te ocurre otra solución. Cuando algo tiene que suceder, basta con estar con ella, la que toca en ese momento. Es verdad que luego hay que poner algún talento, pero te temes que si le gustamos, tampoco hay que poner mucho. Lo importante es estar, y esto vale para muchas otras situaciones. Lo malo es que la naturalidad se puede perder ante una mujer que nos gusta mucho, cuando te turbas como un chiquillo ante ella.
El agua está muy fría, pero te acostumbras rápido. Nadas en un tono moderado, para respirar mejor y aguantar más. Pasa el tiempo; los jóvenes perdemos la juventud exterior, pero nos aproximamos un poco más a la sabiduría. Nadas a crol, a braza, a mariposa, que es lo que más te gusta, a espalda. El mar es hechicero; nunca deja de gustarte, de atraerte, de quererlo. Te morirás y el mar te seguirá atrayendo, como te atrae todo lo que sirve para escribir, como te atraen ellas, a las que sabes ver, como te gusta el que tiene algo que decir, el que piensa y actúa para algo que merece la pena.
Tu vida va cambiando sutilmente, pero lo esencial siempre permanece. Sigues haciendo lo mismo de siempre, pero más ordenado, con otra orientación. Quieres apuntalar bien las bases de tu vida, y lo estás consiguiendo, pero eso no significa que los huracanes vayan a desaparecer. Hay que prepararse para ellos, y estar más tranquilos ante ellos, porque ya los hemos visto en nuestra experiencia y en nuestra imaginación, y hemos hecho lo posible para prevenirlos.
Ahora pasan muchos coches. La calle está llena de movimiento. Tu mente sabe lo que tiene que hacer, aunque a veces le dé pereza, aunque a veces deje para más tarde algo.
Recuerdas algunas frases sueltas que te dicen tus amigos, tus familiares, tus conocidos. Si la gente se escuchara mejor entre sí –a lo mejor lo hacen- todos viviríamos mejor.
No te frustres si la mujer que tanto te gusta no te hace caso. Por ahora te lo está haciendo, pero tampoco ha habido situación para que te lo haga mucho. No te frustres si no eres todo lo perfecto que quisieras, en la línea que quisieras. No te importe si los demás, algunos, no captan tu intención de ser amable, simpático, cariñoso con ellos. Minimiza tu ingenuidad, que no es tan difícil, pero ten en cuenta que la ingenuidad tiene mucho que ver con la bondad.
Trabájate a ti mismo como el campesino trabaja su campo, con humildad, tremendo esfuerzo, paciencia sin fin. Trabájate como se hace el mejor vino. Tus esfuerzos de hoy brillarán mañana, como los de ayer, y de hace mucho, brillan hoy.
Pásmate ante el mundo, vive y escribe.
Pero controla.

E.M.R.

sábado, 15 de agosto de 2009

Almas

Todos duermen en sus camas. Es un paréntesis con el mundo, con el trabajo, con las preocupaciones, también con las pequeñas felicidades que todos ellos tienen. En sus dormitorios, en todo el barrio, hay una gran paz. Duermen plácidamente.
Ellos no lo saben, no pueden darse cuenta, pero cada noche, como está ocurriendo ahora en estos momentos, algo les sucede. Sus almas se separan poco a poco de sus cuerpos, como pegatinas, y se quedan independientes al borde de la cama. Luego bajan a la puerta de sus casas, la traspasan, y van a la calle.
Cada noche hacen lo mismo. Se reúnen en la calle y se encuentran con sus amigos, con sus familiares, si los tienen. Disfrutan una vida paralela, una vida sin sobresaltos, llena de satisfacciones.
Yo les veo todos los días. Soy el único capaz de verles porque soy el único que permanezco tal cual soy, sin que se me despegue el alma, y tengo la capacidad de verles a ellos en ese estado en el que están. Los ancianos hablan al lado de sus casas, los niños corren y juegan, las mujeres se comentan los sucesos de la noche, y las parejas, porque hay parejas, se abrazan y se besan.
Precisamente el caso que me parece más interesante de todos es el de una pareja. Los conozco bien. Él es mecánico en un taller del barrio y ella trabaja en un importante bufete de abogados. Yo sé que a él le apasiona ella, y que ella apenas ha reparado en él. Una vez se tomaron un refresco juntos pero aquello no fraguó. En cambio sus almas se abrazan y besan desesperadamente, pero también serenamente, y hablan interminablemente. Están hechos el uno para el otro.
Esto me ha hecho pensar cuánta gente que sería muy feliz no lo es por prejuicios o influencias externas, desde el dinero, los amigos o la familia, como esa pareja que no se ve ya nunca durante el día, que hace vidas opuestas, pero que cuando llega la noche, cuando son simplemente almas, demuestran que nadie puede ser más feliz que ellos.


E.M.R.

viernes, 14 de agosto de 2009

Palmeras en la noche

Palmeras en la noche,
Sol alto en la duna,
Reliquia del pasado,
Tu figura amaneciendo
Del mar,
Promesa en flor,
Vientre reflejado
En las mareas
De verano…

La luna es sombra
En tu pecho,
Delicado bostezo
Es tu pecho,
Mientras la luz roja
De tu centro
Salta en largas
Trenzas
De deseo.

Descansar a tu lado,
Ritmo desconocido
En la noche de verano,
Acompasada tu voz
En mi interior…
Rola la marea
En tu seno,
Amada, rica melodía,
Esplendor descendente,
Dorado, duro,
Terrible.


Eduardo Martínez-Rico

(Publicado en el "Blog de Profesores Poetas")

jueves, 13 de agosto de 2009

Nuestro país

Llamo a Raúl del Pozo para saber cómo está, y me dice que ya se encuentra en Marbella, de vacaciones. Entonces me pregunta “¿Cómo ves las cosas?”, y me deja descolocado. “¿Qué cosas?”, pregunto yo. “El país”, me responde.
¿Qué pienso de España hoy? ¿Cómo la veo? Yo no voy a hablar de lo que no sé, pero puedo hablar de todo a partir de lo que sé.
Veo a gente desesperada, temerosa del presente y muy temerosa del futuro. Veo a algunos a los que les está yendo bien, incluso mejor, pero son muy pocos. Veo que los que saben del tema, los que saben de crisis o de economía, son pesimistas y dicen que esto va para largo. Veo que los más afectados son los que tienen menos, y que la construcción española se ha derrumbado, por supuesto.
Los políticos no dan confianza, no son sólidos, no aprovechan la situación para darse a valer. Cuando peor va todo es cuando más se muestra el heroísmo, la capacidad y el talento. Las crisis también se gestionan, y nuestros líderes, si son líderes y si son nuestros, no lo están haciendo. El carisma podría ayudar, porque el carisma de una persona puede poner en marcha a un país, pero el carisma, en España, desde hace muchos años también está en crisis.
Se me escapa la situación mundial, pero conozco gente que la conoce y son muy pesimistas. España ha navegado bien durante mucho tiempo y ahora se está desinflando, pero también sé que todo pasa y que volveremos a ser lo que fuimos e incluso mucho más.
Cuando me ha ido mal he procurado prepararme para cuando me fuera bien. Leyendo, estudiando, escribiendo, poniéndome en forma. Espero que eso hagamos todos los españoles en estos tiempos duros. Pero no caigamos en el desánimo y mucho menos en el nihilismo. Tengo la intuición de que esta situación económica es como un largo invierno, pero el invierno se va, necesariamente, y nosotros tenemos que estar dispuestos para cuando salga el sol.
Veo un país desolado, no muy desolado, pero sí desolado. Hay gente que prevé la catástrofe y lo peor es que no hacen nada por evitarla porque la creen inevitable. El que tiene trabajo da gracias al cielo; el que tiene mucho trabajo ya no se queja tanto.
A todos nos afecta; incluso a los que podamos pensar que nos afecta menos, si lo analizamos, nos afecta, en este detalle, en éste, en este otro. Una situación así debería movilizar la solidaridad nacional, y no sólo nacional. Debemos ser fuertes y estar unidos en el infortunio. Esto sólo se va a solucionar con tiempo y trabajo. Si perdemos la esperanza y la ilusión, la crisis nos habrá vencido antes.
Antes muchos no querían hablar de crisis. Hoy la palabra “crisis” sale hasta en los anuncios. Estamos concienciados de lo que tenemos encima, y la crisis ya se ha convertido en el tema de conversación.
Este país, salvo excepciones, no se ha movido como un todo nunca. Cuando muchos españoles no se sienten españoles; cuando muchos no quieren ser españoles, y de los que quedan pocos sienten el orgullo de ser españoles, poco nos podemos quejar. España y los españoles descubrieron América, hicieron el mejor arte y la mejor literatura. España fue un país que en sus peores momentos hizo sus mejores cosas. Nuestros más grandes reyes vivieron arruinados; Cervantes era un mendigo... España y la crisis han formado siempre una extraña y brillante pareja de baile. Podríamos demostrar una vez más que en medio de la desesperación somos capaces de todo.


Eduardo Martínez-Rico

(Artículo publicado en "El Norte de Castilla" el 5 de agosto de 2009.)

miércoles, 12 de agosto de 2009

No te tomes tan en serio

No te tomes tan en serio. No te des tanta importancia. Bromea de vez en cuando sobre ti mismo. No te creas tan bueno ni tan inteligente, tú qué conoces profundamente tus defectos. Antes de que otros te bajen los humos, cuando los tengas, bájatelos tú. No seas tan desconfiado, porque así no se puede vivir; sé más transigente con los demás. Estás rodeado de errores. ¿Ves los de los demás? Los ves muy bien. ¿Y los tuyos? Los ves mejor. Comprende mejor los errores de los otros, y los tuyos mismos no te harán tanto daño.
¿Cuánto tiempo hace que no te ríes de ti mismo? No lo recuerdas.
Es bueno aspirar a la perfección, pero sabiendo que nunca la alcanzarás, en nada. Trabaja sin descanso, y descansa para luego volver a trabajar. No sólo lo que parece trabajo lo es. Estamos rodeados de pequeñas cosas que necesitan nuestra atención minuciosa. Empieza a pensar que siendo un mejor hombre, completo, en todos los sentidos, también serás todo lo que deseas ser, desde tu profesión a la atención a los demás.
Disfruta con tu profesión y profesionaliza tu ocio, de este modo serás bueno en todos los terrenos. “Bueno” es una palabra muy amplia, pero todos sabemos lo que significa. Quizá te ayude pensar qué es “malo” en cada situación, qué es malo para ti y para los demás. Piensa en ello en cada momento y huye de ello.
Pero si fallas, no te martirices.
No seas egoísta. Es verdad que para hacer determinadas cosas, por ejemplo tu trabajo, tenemos que ser egoístas. De lo contrario nada haríamos. Todos somos una prioridad para nosotros mismos; no lo podemos evitar, y es bueno, y así es la naturaleza. El realmente generoso es el que pone al otro como prioridad, por encima de sí mismo. Esto debes hacerlo, como un ejercicio, por lo menos de vez en cuando.
No seas soberbio, ni con las personas de más confianza. Que no se te escape esa brida; sujétala bien fuerte. Nuestros defectos y debilidades lo son porque caemos en ellos sin darnos cuenta, sin vigilancia; ya los hemos cometido cuando los hemos detectado. Sé vigilante, el mejor centinela, el que nunca duerme.
Cultiva la humildad, aunque no la sientas. Cuando te quieras dar cuenta creerás en ella.
Hay que ser humildes incluso con lo que mejor hacemos, con lo mejor que somos. Ser humildes sobre lo que no dominamos, sobre nuestras flaquezas, no tiene mérito. Eso no es humildad.
La humildad esencial supone rebajarnos a nosotros mismos por nada en especial, quizá porque esto nos causa un cierto tipo de placer. O quizá, mejor, porque consideramos que eso es justo.
Cuando sientas la humildad como justicia, la humildad auténtica, la humildad como verdad, cuando te rebajes pensando que estás diciendo la verdad, que eres sincero, entonces habrás dado un paso maravilloso a otra dimensión.
Disfruta de lo que eres hoy, mientras te escribo estas palabras. Lo que eres hoy es el espejo que proyecta la luz de lo que has sido hacia el futuro, hacia lo que serás. Es la misma luz, pero con otra tonalidad, con otro calor.
Tú controlas mucho más de lo que crees esa luz.
Sé consciente de tu cuerpo, tus manos, la cara, las gafas que tienes puestas en estos momentos, tus piernas desnudas. Sé consciente de tu cabeza, de lo que contiene y también proyecta. Disfruta de ti mismo, porque es tu primer y más grande tesoro. Si estás satisfecho contigo mismo, entiéndeme “satisfecho”, los demás te darán otra clase de felicidad. Te devolverán tu propia felicidad, potenciada.
Eres muy imperfecto, pero todo lo que tienes, lo que eres, es suficiente para ser el más feliz de los hombres.

lunes, 10 de agosto de 2009

Me moriré

Me moriré, y seguirá el mar de ola en ola, y la montaña tan verde y tan hermosa. Me moriré, pero alguien hablará conmigo como yo hablo con Marco Aurelio y Cicerón. El que escribe vive muchas veces. Soy afortunado porque vivo y viviré muchas veces. Me moriré, pero siempre estaré volviendo.


E.M.R.

lunes, 3 de agosto de 2009

Inteligencia, ser, alma

Tienes fama de inteligente y, si lo piensas bien, no sabes qué es ser inteligente, aunque todo el mundo reconozca la inteligencia cuando la ve.
Tú estás dentro de tu cabeza y de tu cuerpo, y no sabes si eres inteligente; lo que sí sabes es que tienes voluntad, y que cuando fijas el objetivo vas a por él hasta conseguirlo. O no, pero tú lo diste todo.
La principal lucha la libramos contra nosotros mismos. Somos el rival y el aliado, el mariscal y el soldado raso.
Nunca quieras parecer inteligente; sé inteligente, y para esto no hay que querer serlo, sólo hay que atreverse a pensar y a luchar. Hay que presumir menos y pensar más. Hay que presumir menos y, simplemente, estar más. Hay que escuchar, hay que actuar, hay que dejar de ser el personaje de uno mismo para ser más uno mismo; hay que dejar de ser actor, para ser más persona, hombre, nosotros. Para ser inteligente, y no parecerlo, hay que ser más y parecer menos. Hay que estar atento a los demás, a lo que nos dicen, a lo que observamos; hay que preocuparse menos de dar buena impresión. Hay que llenarse calladamente mientras los demás lo ignoran. Hay que sentirse y no darse tanta importancia. Hay que celebrar más el mundo y menos a nosotros mismos.
Sé, déjate de parecer. Lo que seas brillará y parecerá por sí mismo, sin necesidad de esfuerzos y engaños.
Quiérete, ámate, pero no te idolatres.
Trabájate el ser, no el parecer.


Nuestras capacidades se ensanchan a medida que las descubrimos y las utilizamos.
Nunca te creas por encima de nadie, pero dalo todo por lo que realmente quieres. No se puede vencer siempre, pero sólo se puede ganar comprometiendo nuestro cuerpo, nuestra ilusión y un trozo de nuestro futuro. Las victorias regaladas tienen poca gracia.
Lo bueno de las derrotas es que pueden abrir las puertas de los senderos de la victoria.
Si no quieres y no te comprometes, no tendrás fuerzas suficientes para recorrer el camino. Te podrá caer del cielo la victoria, y tú sabrás qué valor darle, pero la copa lograda con tesón, pasión y sufrimiento contiene un vino más rico.
Pregúntate, por fin, qué quieres. Cuando lo sepas empeña todas tus virtudes en la carrera. Pero ten claro que el éxito puede estar disfrazado al borde del camino, en forma de mendigo, y te puede engañar, y que una derrota puede ser la mano amiga que te conduzca a la cumbre. Pero ¿qué cumbre buscas tú?
Sé que tú sabes lo que quieres desde hace muchos, muchos años, y que por eso nada hay tan terrible que pueda tambalear tu felicidad.
Pero trabájate el alma; la necesitarás brillante y reluciente.


E.M.R.

domingo, 2 de agosto de 2009

Otra victoria

En aquel coche
Me montabas
Como a un caballo,
Rompiéndome
Los labios
Con tus dientes
Y tus besos.
En aquel coche
Me devorabas,
Palmo a palmo,
Enseñándome,
Como una profesora,
La diferencia
Entre el amor
Y el deseo.
Si hubiéramos tenido
Un termómetro
Lo habríamos
Roto;
Habríamos jugueteado
Con el mercurio,
Restregándolo
Por nuestros cuerpos.
Lo tuyo
Era como hacer
Deporte.
Luego la vida
Me enseñó otras cosas.
En mi álbum
De amantes
Todavía te tengo,
Enjaulada,
Con cariño,
Que no amor,
Pero todavía
Hay momentos
En que me acuerdo
De ti,
Te siento,
Y reacciono.
Nunca lo sabrás,
No quiero darte
Otra victoria.


E.M.R.

Concéntrate

Concéntrate, piensa, imagina. Hila tus pensamientos, uno detrás de otro. Mira al cielo, aprende humildad. Controla tus palabras, sujétalas. Acuérdate en los malos momentos de los buenos; éstos volverán, muy pronto.
Si estás en el camino que has elegido, esfuérzate por recorrerlo lo mejor posible. Mídete. Si no estás en tu mejor camino esfuérzate por cambiar. Siempre nos estamos preparando para algo y haciendo algo, al mismo tiempo.
No te amargues por nada, recupérate lo antes posible. La dicha baila con la tragedia, y nosotros debemos aprender a bailar con ellas.


E.M.R.

sábado, 1 de agosto de 2009

Los juicios

Nos pasamos la vida diciendo qué nos gusta y qué nos disgusta, calificando a los demás, a los amigos y a los menos amigos. A todos. Luego nos resulta desagradable saber lo que han dicho de nosotros o sufrirlo en nuestra propia carne.
Mejor tener el espíritu y la mente abiertos, dejar que los juicios surjan y desaparezcan solos, sin pronunciarlos.
Para esto viene muy bien el silencio, el callar más, el escuchar.
Un juicio es peligroso e incómodo porque siempre está sujeto a revisión; podemos y debemos cambiar de opinión. Mejor dejar que mueran muchos de nuestros juicios en nuestro interior.
Muchos juicios hieren y nos hieren. Hay que ser más responsables de ellos, de su carga, de sus consecuencias. Antes de pronunciar un juicio sobre alguien, pensar en sus consecuencias, y cómo podría afectarnos si alguien lo dijera de nosotros.


E.M.R.

Un hombre

No eres más que un hombre, pero nada menos que un hombre. Si extrajeras de ti todas las posibilidades que otros han explotado a lo largo de los siglos, podrías hacer cosas muy valiosas. Tal vez ya lo hayas hecho.
Tu tesoro, tu orgullo, es ser un hombre. Inviértelo sabiamente.


E.M.R.