lunes, 31 de agosto de 2009

Sánchez Dragó: "La literatura tiene que ser un añadido al mundo" II

(Doy la segunda parte de la entrevista con Sánchez Dragó.)


"-¿Tiene algún título para su libro?"
-Estoy manejando más de treinta títulos; podría ser "Niño raro, niño lobo".
"-Que le llamen raro a un escritor no es un insulto, ¿verdad?"
-A mí siempre me llamaban raro, en la familia, en todas partes. A mí eso lejos de agredirme me halagaba profundamente. También me llamaban en el colegio la Rata Literata, y Lunilla, que me lo puso un profesor, porque siempre estaba en la Luna, distraído.
"-Juan Goytisolo ha dicho hace poco que “la literatura es el dominio de lo raro”."
-Totalmente de acuerdo. Si eres una persona normal para qué coño vas a escribir. La literatura tiene que ser un añadido al mundo, algo nuevo que añades a la realidad.
"-¿Considera que su vida ha sido plena?"
-Sí. Aquí tengo el problema de que es un libro luminoso. No tengo momentos oscuros. Yo he vivido el colegio, el franquismo y la mili, pero no hay oscuridad ahí. Tengo una sensación de plenitud muy potente. Supongo que todo el mundo estará pensando que este libro va a ser muy escandaloso, y es posible que cuando cumpla veinte años el libro sea más escandaloso, pero hasta ahora los escándalos son muy sutiles. Yo tengo recuerdos del franquismo muy luminosos, pero no es un juicio político, sino personal, de mis recuerdos. Para mí todo ha sido muy luminoso.
"-¿Es una persona entusiasta?"
-Sí, el otro día publiqué un artículo sobre una corrida de José Tomás. Ha sido como comentar las "Meninas", la "Venus de Milo"… Esas cosas son de una persona entusiasta.
"-¿Es bueno o malo ser entusiasta?"
-Es bueno y malo, porque luego te das cuenta de que no había motivos para ser tan entusiasta, de que las patas de la silla están serradas y te pegas el batacazo. A mayor batacazo mayor decepción. Pero el entusiasmo es como un cohete en el culo, una gran fuerza, aunque te puedes estrellar, te puedes ir demasiado lejos.
"-¿Cuál es su anhelo en la vida?"
-Mi vocación es que no me conozca nadie, pero por culpa de mi entusiasmo, de ese cohete en el culo, me he convertido en todo lo contrario de lo que quería ser. Radios, televisiones, columnas… El gran problema que yo he tenido ha sido el de las mujeres, el de los matrimonios; mi vocación es de vida solitaria y ésta es mi séptima vida conyugal. El otro gran problema de mi vida es el no saber decir que no, que me ha llevado a hacer cosas que no me gustan muchas veces.
"-¿Qué le gustaría hacer en el futuro que no haya hecho?"
-Lo único que de verdad me gusta, de verdad, es escribir, viajar, estar solo y lejos. E ir al cine, comer bien, follar… Eso es lo que a mí me gusta en la vida.
"-¿Tiene alguna asignatura pendiente?"
-Todo es una asignatura pendiente, porque las necesidades de todo vienen después una y otra vez, cuando ya has satisfecho las anteriores. Por ejemplo, conozco unos cien países, pero hay unos setenta que no conozco… Libros, he leído muchísimos, pero hay muchos otros, muchos más, que no he leído.
"-Entonces, todo está en movimiento."
-El pasado no importa, lo que importa es el presente. La vida vuelve a empezar en cada instante. Por eso me gustan tanto los toros; son alta filosofía, es un suspiro, dura mientras dura, luego se desvanece. Así es la vida, como una tanda de naturales. El torero para, templa, manda, liga y carga la suerte, quien en su vida hace esas cinco cosas no ha vivido en vano. Por eso la tauromaquia es la más alta escuela de la vida.
"-Usted que ha conocido a tantos, ¿hay un perfil de escritor?"
-Ser niños raros, se lo he dicho. Pero yo diría que fundamentalmente hay escritores que no saben escribir, y se empeñan en escribir, pero las palabras les salen como un parto. Y luego hay escritores que les brotan las palabras, con facilidad. Los dos tipos son escritores y son interesantes. Faulkner y Dostoyevski parían las palabras, y luego hay otros como Hemingway, que escribían con mucha facilidad. Luego hay otro problema: los que imitan a Faulkner…


Eduardo Martínez-Rico

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