domingo, 16 de agosto de 2009

Controla

Descansas, te preparas para la batalla. Trabajas, lo justo, lo que crees lo justo. Nunca te podrás preparar tanto como quisieras, por eso abres la puerta, entornada, de la improvisación, del juego que llevas dentro, y del juego creativo y fructífero que está en todas las cosas.
El otro sexo te atrae y te provoca, pero procuras mantenerte digno ante él. Tú siempre estarás ahí, pero ya se pasaron los años de hacer acrobacias para llamar la atención y conseguir un favor de la mujer. Eso sí, utilizas tu palabra, lo que sabes, discretamente, tu autenticidad para hilar relaciones de amistad, de amor, de deseo.
Hace un tiempo maravilloso, continuado, estable, algo imposible en esta tierra en la que estás ahora, esta tierra que es también tu tierra, aunque cuanto más viajas más tierras tienes. Das gracias a Dios por todos estos días buenos en un lugar que nunca los tiene; es un buen tiempo imposible. Pero te cuesta más trabajar por las mañanas con este sol, la intuición del mar, a la vuelta de la esquina, las ganas que tienes de salir a correr a cuidar tu respiración.
Has viajado algo. Qué fecundo es el viaje. En medio de la preocupación de si todo va a salir bien, del imprevisto, de lo que no controlas, hay mucho que ver y sentir; te has emborrachado de paisajes, has comido bien, has hablado con gente estupenda con mucho que dar y contar.
Hay dos mujeres que te gustan, una ya en la memoria, otra aquí cerca. Qué extraño este estado de desear, de admirar, de querer que la mujer aparezca, de contenerse las ganas de buscarla para coincidir, dejando que sea el destino, el pequeño destino, el que elija los encuentros. Tú puedes hacer algo, pero bien mirado tampoco demasiado. Lo mejor es estar; no se te ocurre otra solución. Cuando algo tiene que suceder, basta con estar con ella, la que toca en ese momento. Es verdad que luego hay que poner algún talento, pero te temes que si le gustamos, tampoco hay que poner mucho. Lo importante es estar, y esto vale para muchas otras situaciones. Lo malo es que la naturalidad se puede perder ante una mujer que nos gusta mucho, cuando te turbas como un chiquillo ante ella.
El agua está muy fría, pero te acostumbras rápido. Nadas en un tono moderado, para respirar mejor y aguantar más. Pasa el tiempo; los jóvenes perdemos la juventud exterior, pero nos aproximamos un poco más a la sabiduría. Nadas a crol, a braza, a mariposa, que es lo que más te gusta, a espalda. El mar es hechicero; nunca deja de gustarte, de atraerte, de quererlo. Te morirás y el mar te seguirá atrayendo, como te atrae todo lo que sirve para escribir, como te atraen ellas, a las que sabes ver, como te gusta el que tiene algo que decir, el que piensa y actúa para algo que merece la pena.
Tu vida va cambiando sutilmente, pero lo esencial siempre permanece. Sigues haciendo lo mismo de siempre, pero más ordenado, con otra orientación. Quieres apuntalar bien las bases de tu vida, y lo estás consiguiendo, pero eso no significa que los huracanes vayan a desaparecer. Hay que prepararse para ellos, y estar más tranquilos ante ellos, porque ya los hemos visto en nuestra experiencia y en nuestra imaginación, y hemos hecho lo posible para prevenirlos.
Ahora pasan muchos coches. La calle está llena de movimiento. Tu mente sabe lo que tiene que hacer, aunque a veces le dé pereza, aunque a veces deje para más tarde algo.
Recuerdas algunas frases sueltas que te dicen tus amigos, tus familiares, tus conocidos. Si la gente se escuchara mejor entre sí –a lo mejor lo hacen- todos viviríamos mejor.
No te frustres si la mujer que tanto te gusta no te hace caso. Por ahora te lo está haciendo, pero tampoco ha habido situación para que te lo haga mucho. No te frustres si no eres todo lo perfecto que quisieras, en la línea que quisieras. No te importe si los demás, algunos, no captan tu intención de ser amable, simpático, cariñoso con ellos. Minimiza tu ingenuidad, que no es tan difícil, pero ten en cuenta que la ingenuidad tiene mucho que ver con la bondad.
Trabájate a ti mismo como el campesino trabaja su campo, con humildad, tremendo esfuerzo, paciencia sin fin. Trabájate como se hace el mejor vino. Tus esfuerzos de hoy brillarán mañana, como los de ayer, y de hace mucho, brillan hoy.
Pásmate ante el mundo, vive y escribe.
Pero controla.

E.M.R.

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