lunes, 12 de octubre de 2009

La crítica literaria

(Escribo "Los días de Ícaro" para todo el mundo, pero voy a empezar a utilizarlo con mis alumnos. Empiezo con unas notas sobre la crítica literaria periodística. Es un texto un poco largo para el blog, pero sé que lo leerá quien le interese.)



Para hacer crítica literaria es indispensable que nos guste leer. Parece obvio, pero hay que decirlo. Se pueden escribir críticas literarias sin que nos guste leer, y seguramente muy buenas, pero será un tormento y la calidad se verá afectada.
Cuidado con las críticas negativas, porque uno puede tender a demoler una obra o un autor. Es muy recomendable sólo escribir, en la medida de lo posible, de lo que nos gusta.
Tened en cuenta que es muy fácil escribir una crítica y muy difícil escribir un libro. Que es mucho más difícil ser escritor que crítico. Esto no conviene olvidarlo nunca. En general, y en mi opinión, la crítica está hecha por un enano sobre un gigante, y por eso hay que tener mucho cuidado con nuestros juicios.
Si lo pensamos bien la crítica sólo deberían hacerla escritores que ya han demostrado mucho con su carrera. Sería una crítica de escritores sobre escritores, de iguales.
Cuando un crítico machaca a un autor, estéticamente queda mal: ¿por qué se comporta ese crítico así con ese escritor?, ¿qué esconde ese crítico para destrozar a ese autor?
En cualquier caso conviene argumentar tanto los elogios como las críticas.
Vázquez-Figueroa dice que lo malo de la crítica es que te alaba o te destroza, cuando lo que tiene que hacer es “ayudar” al escritor y a la obra.
¿Qué es ayudar? Ayudar es, utilizando un tono amable, señalar los puntos fuertes y los débiles, y, en lugar de ensañarse con los débiles, ofrecer al escritor alternativas para el futuro. Pero para esto, claro, el crítico debe ser más que un crítico, alguien capaz de imaginar, crear, a partir de un texto.
Por ejemplo, si el escenario de una novela es España y el crítico piensa que es un gran fallo en la acción de los personajes, podría proponer que fuera otro, Francia por ejemplo.
También en esto hay que ser prudente.
Hay que tender al término medio, en el elogio y en la crítica, y si hay que apasionarse, que sea en sentido positivo y no negativo. Hay que templar la crítica, y hay muchas maneras de decir que no nos ha gustado un libro, o que nos parece malo.
También podría sernos útil ponernos en el lugar del autor que ha escrito el libro, tanto si nos ha gustado como si no. Esto puede hacer que enfoquemos la crítica de una manera más positiva y constructiva.

Con la crítica literaria hay que tener cuidado. Los críticos pueden ser muy despreciados, sobre todo por los escritores, que consideran que es una ocupación subalterna, parásita y casi siempre mal hecha. Ya hemos hablado de este tema, pero ahora tenemos que defender la figura del crítico.
Para una persona que le apasione leer –algo indispensable en un crítico-, el que le paguen por leer y por dar su opinión, es un regalo de los dioses. Yo he sido crítico durante años y he disfrutado mucho leyendo y criticando libros que me gustaban –casi siempre elegidos por mí-, pero también creo que la crítica es un oficio que se debe desempeñar ocasionalmente, o en una época de la vida. No recomiendo a nadie, porque no me lo recomiendo a mí mismo, ser crítico toda la vida. En mi opinión de nuevo, hay que aspirar a más.
Pero hacerlo ocasionalmente sigue siendo una delicia.
La crítica es un género literario más, y como tal hay que tomárselo porque así lo haremos mejor. Tiene unas exigencias propias, unas características, una estructura y un tono determinado.
Óscar Wilde decía que la crítica era el género superior, por encima de todos los demás, pero me temo que esto es una boutade más del gran escritor que era Wilde. Por supuesto a O.W. no le recordamos por sus críticas sino por "El retrato de Dorian Gray", sus obras de teatro y tal vez sus cuentos para niños. Aunque la fama y la magia de O.W. son tan grandes que ahora se le valora toda su obra, incluidos sus ensayos. Cualquier obra que se reedita suya tiene su éxito y sus seguidores. Pero la crítica… menos o nada.
La crítica en eso es muy periodística; tiene una exigencia fugaz. Se publica para dar servicio al lector durante un día, una semana, o un mes, según la periodicidad de las publicaciones. Es muy raro, rarísimo, que se reúnan en libro críticas, y recordemos que cuando algo se publica, en libro, en revista, en Internet… es porque interesa a alguien, a muchas personas. Cada publicación va a satisfacer un interés y una demanda determinados.


Pasos que hay que dar para hacer una crítica:

-Leer el libro.
-Subrayarlo y tomar notas.
-Documentarse sobre el autor y el resto de su obra.
-Hacer en el libro un pequeño resumen de su contenido, o, mejor, una introducción. Hay que animar al lector a que lea, si el libro merece la pena, pero sobre todo hay que orientarlo.
-No desvelar los finales. Se puede decir que el final es sorprendente, bueno, etc. pero no desvelarlo. En la crítica periodística, que es de la que estamos hablando.
-La crítica tiene que llevar al libro o recomendar al lector que no llegue a leer el libro.
-Hay que pensar en lo que necesita el lector, situarlo ante la lectura. Hay que comentar quién es el autor, lo que ha hecho, los rasgos fundamentales de su personalidad, de sus ideas, etc. Cuanto más sepamos del autor mejor será la crítica, aunque también tendremos que seleccionar mucho lo que digamos, porque no podemos escribir todo.
-La crítica puede ser un género ingrato, no da fama y la satisfacción que nos produzca es algo muy subjetivo, personal. No es como una columna o un reportaje, géneros con mayor entidad y no "parásitos". Pero una crítica si se hace bien puede ser una pequeña obra de arte. En el fondo es hacer lo que todo el mundo hace cuando lee, pero de forma consciente, ordenada, informada, desarrollada. El crítico tiene la suerte de reflexionar en público sobre un libro, y que le paguen.
Cuando digo "parásito", con ironía y haciéndome eco de las opiniones de muchos escritores, me refiero a que es un género que vive claramente de la obra de otros. Una crítica no existe sin un libro, y eso no se puede olvidar. Una crítica se hace en relativamente poco tiempo -aunque se lleva mucho tiempo-, comparado a un libro, que es un abismo de horas.
-Es muy importante la estructura. Por eso recomiendo que escribáis primero las ideas fundamentales de lo que queráis decir, y luego, sobre la marcha, que las vayáis organizando.
-Una posible estructura puede ser:


-Pequeña ficha bibliográfica: título, autor, editorial, año de impresión. Precio del libro.
-Presentación del libro.
-Presentación del autor.
-Resumen del contenido del libro, sin contar los finales ni desvelar nada realmente importante en la intriga del libro, si se trata de una novela.
-Ideas fundamentales. Mensajes ocultos.
-Opinión personal y valoración: debe ser muy profesional. Este género no es objetivo, vale mucho la subjetividad del crítico, pero su opinión debe ser profesional, templada, razonada. Si no nos ha gustado el libro, no podemos decirlo directamente, pero podemos razonar por qué no nos ha gustado. Los libros no son malos o buenos sin más; hay obras maestras que a algunos les parecen petardos, y al revés. Pero nosotros leemos con nuestra formación, nuestros gustos, nuestra subjetividad. También podemos pensar en otros lectores y lo que pensará del libro en cuestión. Es bueno ser abiertos, y si no somos autores muy prestigiosos, prudentes. No es lo mismo una crítica firmada por un Premio Nobel que por nosotros.
-En una crítica no se trata de hacer literatura, sino de escribir de forma clara lo que contiene un libro, valorándolo y explicando un poco quién es el autor. También es una buena idea, si podemos hacerlo, situar el libro en su época y en la obra del escritor.
No se trata de hacer literatura pero conviene que nuestras críticas estén muy bien escritas. Van dirigidas a un público muy aficionado a los libros, muy conocedor de la literatura y de todo lo que contienen los libros. Digamos que nos movemos entre un grupo de personas que se parecen a nosotros mucho más de lo que pensamos. Tienen la misma curiosidad y el mismo interés por los libros que nosotros.
Como cualquier artículo, y una crítica es un artículo, hay que cuidar mucho el principio y el final. El principio engancha al lector y el final le deja un buen o mal sabor de boca. Se trata, en primer lugar, de que nos lean, y luego de hacer una gran crítica.
Hay que escribirla, a ser posible de un tirón, contando antes con las ideas fundamentales, apuntadas en un papel, en el ordenador o en nuestra cabeza. Luego hay que revisar varias veces el texto corrigiendo, quitando, añadiendo.
En periodismo el espacio es limitado y tenemos siempre que hacer un esfuerzo para encajar nuestro texto en un determinado número de palabras. Esto hay que saberlo desde el principio, cuántas palabras podemos escribir, y enfocar nuestra crítica según ese espacio.
Todo esto se va aprendiendo poco a poco con la práctica. Una crítica literaria es muy parecida al comentario escolar de un libro, pero mucho más profesional. La profesionalidad se demuestra en la forma de trabajar y la calidad obtenida. Conocimientos, talento y experiencia.
No olvidar, insisto, para cualquier clase de crítica, que las obras y sus autores merecen un respeto, aunque sólo sea por el esfuerzo que hay que poner en escribir un libro, hacer una película, etc.
El esfuerzo que requiere un libro es heroico, y debemos tenerlo siempre en cuenta.

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