martes, 20 de octubre de 2009

Sánchez Vidal sobre Periodismo Cultural

El año pasado le hice una entrevista a Agustín Sánchez Vidal, escritor y catedrático de Cine, para mi asignatura de Periodismo Cultural en la Facultad de Comunicación de IE Universidad. Hoy la cuelgo en el blog para que la lean todos los lectores, y para que disfruten y aprendan con ella mis alumnos de este curso.
Sánchez Vidal es uno de los mayores expertos del mundo en Luis Buñuel. Es novelista de éxito con dos novelas, "La llave maestra" y "Nudo de sangre". Profesor de larguísima experiencia. Por último, un buen amigo al que sólo he visto una vez en la vida pero que fue capaz de orientarme en la compleja elaboración de "La guerra de las galaxias, el mito renovado".
Sánchez Vidal es un maestro en lo que hace. Es de esas personas que no sólo hacen bien sino que transmiten, un verdadero ejemplo para profesores y escritores.
Una persona así nos da esperanzas de futuro. Habrá buenos alumnos, buenos profesionales, mientras haya gente como él. Recomiendo desde aquí "La llave maestra", perfectamente atada, apasionante.
Creo mucho en el papel del profesor como guía, y por lo que pude comprobar él es un guía excelente.
Aquí tenéis la entrevista.


-Eres catedrático de cine y escritor, y has colaborado en prensa desde los dieciocho años. ¿Qué es para ti el periodismo de calidad?
-Por de pronto, ha de atenerse a unos principios mínimos: objetividad, independencia, diversificación de fuentes, contraste de opiniones, derecho de réplica por parte de los lectores, etc. Pero debe tratar de ir más lejos. Para ser de verdadera calidad habría que exigirle llegar más allá de donde alguien que no es profesional o especialista es capaz de hacerlo por sus propios medios.

-¿Cómo definirías “Periodismo Cultural”?
-El que se ocupa de cualquiera de las cuestiones que antes se llamaban Cultura; no necesariamente el que ahora se acoge a las páginas o enunciados de esas secciones que suelen denominarse “Vivir”, “Galería” y otras formulaciones que parecen tenerle recelo o prejuicios a lo que yo entiendo por verdadera Cultura, que no excluye, por supuesto, ni la de masas, ni el Entretenimiento, ni las Ciencias.

-¿Cómo ha sido tu experiencia como objeto del periodismo cultural? (experiencia con entrevistadores, críticos, reporteros, etc.)
-De lo más variada. En general, me he sentido bien tratado cuando se han ocupado de mis trabajos. Lo que nunca he comprendido, en términos de absoluta objetividad –no soy un neuras del “ninguneo”— es por qué han prestado atención a algunas cosas que no tenían mayor interés y ninguna a otras que, en mi opinión, sí que lo tenían. Pero como también he estado en el otro lado de la alambrada, pues casi siempre me puedo imaginar las razones. Sobre todo si no estás adscrito a ningún partido, tendencia, capillita ni grupo de presión y/o comunicación.

-¿Qué se le debe pedir a un periodista cultural?
-Aunque suene redundante, que sea culto, que opine por su cuenta y que no se deje llevar por la manada (sobre todo la peor de las manadas: los que se creen la “élite”). Que sea escueto y objetivo, que no magnifique algo por venir de un consagrado ni se deje escapar nada verdaderamente importante, aunque sea de un recién llegado o un desconocido... Casi nada, como se ve.

-¿Qué consejos podrías darle a un alumno de “Periodismo Cultural”?
-Que cuestione por sistema lo que se practica actualmente bajo ese apartado y se haga su propia composición de lugar absolutamente al margen de los suplementos culturales, por muy bien que estos le parezcan. Que esté a pie de calle y no dé por bueno lo que aparece en los medios de comunicación sin haber contrastado directamente los datos que estos proporcionan o promocionan. Y que se provea de una cultura de base impecable. Lo último o lo más urgente no tiene por que ser lo verdaderamente importante. Aunque haya que conocerlo, claro.

-¿Crees que la crítica literaria es buena en España? ¿Cómo se podría mejorar?
-Hay de todo. Pero abundan demasiado las capillitas compuestas por gentes que están encantadas de conocerse, se juntan en bolos y promociones y conspiran a la medida de sus intereses y de quienes los patrocinan, y publican en medios de comunicación muy condicionados por sus partidismos, intereses y marketing. Podría mejorarse con una simple auditoría, como las que se llevan a cabo en otros ámbitos. Por ejemplo: ¿cuántos productos del propio grupo al que pertenece un determinado medio de comunicación aparecen reflejados, y cuántos de la competencia?

-¿Crees que la crítica de cine es buena? ¿Cómo se podría mejorar?
-Digo lo mismo que arriba, aunque se trata de algo muy distinto: el gran problema de los libros es que se publican demasiados, cerca de sesenta o setenta mil títulos al año. Con las películas pasa algo parecido en términos de mercado: demasiadas para nuestras pantallas. Pero son abarcables, porque andan entre el centenar y las doscientas, con mucha suerte. Aquí el problema son las distribuidoras americanas, que distorsionan el mercado nacional con sus promociones mastodónticas. A mi me da bastante reparo comprobar que en casi todos los magacines dominicales aparece la misma promoción, que se repite en todas las colas que los telediarios dedican a la cultura o la cartelera cinematográfica. Eso es la presión de la publicidad.

-¿Crees que la crítica es una labor subalterna, inferior a la del creador?
-En absoluto, cuando no es la del gacetillero que ni siquiera se ha leído la solapa. Las hay muy útiles e interesantes para los lectores e incluso para el autor, y suelen darse en las revistas culturales, que es donde se trabaja, seguramente, con menos agobio. Pero, desde luego, no abundan. Las críticas deberían tener unos protocolos mínimos: informar, analizar, ser útiles a los lectores y luego –y sólo en tercer lugar--, opinar. La opinión debería estar razonada, y la información tan controlada y contrastada como el trabajo que los medios de comunicación se toman para hacerse cargo de un escándalo financiero o la política.

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