jueves, 10 de septiembre de 2009

Escándalo en palacio

Sólo quiero recomendar aquí a mis lectores, a la gente que pueda entrar en "Los días de Ícaro", que vayan a ver "Escándalo en palacio", la obra de Pedro Ruiz. Si quieren disfrutar con una buena alta comedia, olvidarse de sus problemas durante hora y media, y/o, si lo prefieren, reflexionar sobre el tema de la corrupción y de la hipocresía social, que se acerquen al Teatro Reina Victoria de Madrid a pasarlo verdaderamente bien.
La obra no se estrena hasta dentro de una semana, pero las primeras funciones ya han empezado. Pedro Ruiz me explicó que se representan unas cuantas funciones ante el público, que paga una entrada reducida, para ver cómo rueda la obra y hacer, si es necesario, algunos cambios.
A mí me pareció magistral, y así se lo he dicho en un mensaje a Pedro, esta mañana. Es amigo mío y yo antes de mentir prefiero guardar silencio. Pero me reí mucho. Ayer no tuve un día fácil y la obra me lo hizo olvidar casi por completo.
Pedro se mueve con una soltura increíble en el escenario. Es la primera vez que le veo en el teatro, y ya me advirtió que si no lo veía actuar no lo conocía. Por fin lo vi actuar, y es un gran actor de comedia, muy divertido, mucho más divertido que en la realidad, por lo menos conmigo, porque Pedro es muy escéptico, muy grave, muy filósofo y está preocupado por el mundo que le rodea, tan preocupado que a veces me parece que ha tirado la toalla. Pero eso no significa que deje de ser como es.
No quiero desvelar nada de la obra porque aún no se ha estrenado. Pero supongo que sí puedo decir lo que ya ha aparecido en la prensa: un presidente de un país imaginario se ve obligado a dimitir; han emitidio unas imágenes en las que se le ve realizando prácticas sexuales en un lavabo con la que luego será su segunda mujer. En su palacio, el presidente y la primera dama hablan de lo que tienen encima.
Lidia San José está espectacular, como físico y como carácter. Después de la obra la pude conocer, y me dio la sensación de que su personalidad no se parece mucho a la de su personaje: educada y dulce. Pero fue apenas un instante.
Una obra magistral, muy divertida, reflexiva. Cada uno sabrá a qué nivel la quiere ver.
Estuvimos riendo casi todo el tiempo, menos cuando nos callábamos para escuchar. A la salida del teatro Pedro comentó: "No quiero que el público se ría más, para no perder el fondo." Frase de maestro.
A los artistas hay que escucharlos justo después de realizar sus interpretaciones.
Muchas felicidades, Pedro.

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