lunes, 21 de septiembre de 2009

"Malditos bastardos"

El sábado pasado fui a ver con mi hermano Jose y con un amigo, Jaime, "Malditos bastardos", de Quentin Tarantino. Sólo quiero dar mi opinión, y no pretendo que mi opinión sea universal. La verdad es que no esperaba mucho de la película; había visto un tráiler y pensé que era una "parida". Eso fue lo que pensé. No me encontré con una parida, me encontré con una película que se regodea en la violencia, una violencia gratuita que no necesita la historia. Ya la historia me parece endeble, poco original, lo que, unido al sadismo que exhibe "Malditos bastardos", invita a pensar que tenía razón Woody Allen cuando, hace unos años, en su discurso de recepción del Premio Príncipe de Asturias de las Artes, dijo que el cine americano estaba falto de ideas.
Ya no recuerdo si dijo también que estaba enfermo, cuando yo creo que tal vez no sea el cine americano sino toda la sociedad occidental la que está enferma. El otro día hubo unos cuantos espectadores que aplaudieron. Fueron pocos, pero algunos aplaudieron. ¿Por qué lo hicieron?
"Malditos bastardos" está muy bien hecha, Brad Pitt hace muy buen papel, el oficial alemán "caza judíos" también es un buen personaje, bien encarnado. La película tiene muchos aciertos, aunque hay muchas líneas interesantes en la historia que las desprecia. En realidad, en mi opinión, "Malditos bastardos" desprecia los valores humanos, la vida humana, lo mejor que tenemos. No quiero meterme con Quentin Tarantino, él sabrá qué tiene en la cabeza y qué quiere hacer, pero pienso que podría utilizar mucho mejor el talento que pueda tener.
Creo que "Malditos bastardos" utiliza muy mal todos los medios a su alcance. Yo no quiero ver buenos sentimientos en el cine, no necesariamente, quiero ver buenas películas, y esto es un objeto deplorable envuelto en una caja muy brillante, la de los medios, técnicos y humanos. Por supuesto, si yo fuera alemán me sentiría insultado, pero son los aliados, en mi opinión de nuevo, los que salen peor parados.
Si las personas tenemos valores esta película quiere pisotearlos. Sólo hay un momento maravilloso en la que, indirectamente, se hace un canto al valor. No voy a decir cuál es; a mí me conmovió.
Me da pena que películas como ésta puedan acaparar tanto la atención. No suman, restan, y estamos en un momento difícil en el que necesitamos sumar, y no restar.
Nos metimos en esta película porque, al parecer, "no había nada mejor donde elegir". Eso ya es grave, aunque seguro que nos equivocamos. No sé lo que está diciendo la crítica de esta película, sé lo que pienso yo y lo que piensa mi hermano y mi amigo. No nos gustó a ninguno de los tres, cada uno con sus matices.
Necesitamos energía, necesitamos calidad, necesitamos fuerza, y no películas que echan a perder lo mejor que tenemos. Ya se bastan solos nuestros defectos y errores para brillar por sí mismos; ¿qué nos queda si además destrozamos nuestros mejores valores?

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