viernes, 18 de septiembre de 2009

Labranza de un hombre

Labro todos los días un pedazo de mi vida, de la gente que me rodea, de lo que llena mi cabeza.
Labro con un cincel una historia; es muy antigua, viene de muy lejos, del pasado remoto, y se lanza allá donde yo no llegaré.
Labro un poema, los versos de mi juventud, las palabras que me cuentan mis amores.
Labro un drama y una comedia, la de mi sensibilidad, la de mi bondad, que tantos disgustos me causa, que tan grande me hace, a mí y a los buenos.
Labro el mundo y el universo en un papel, concentrado en mi cuerpo y en mi mano, buscando el alma, por los siglos de los siglos, con la humildad de un hombre, con la nobleza de un hombre.

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