sábado, 19 de septiembre de 2009

La cueva

Nos despertamos. Todo está muy oscuro, no vemos absolutamente nada. Nos levantamos y nos hacemos daño en la cabeza. El techo es bajo. La oscuridad es total. Nos movemos como podemos, con la cabeza gacha, y pronto nos damos cuenta de que, el espacio, no muy grande, no tiene ni entradas ni salidas. ¿Cómo hemos ido a parar aquí?
Es una cueva. Las paredes son de piedra, rugosas y en algunos puntos húmedas.
No se ve nada.
¿Cómo hemos ido a parar aquí? ¿Quién nos ha metido aquí?
Lo primero que se nos ocurre, lo primero lógico, es que estamos en un sueño, y la única manera de escapar es despertar.
Despertamos con todas nuestras fuerzas, como el que sale del agua a punto de perecer ahogado.


Eduardo Martínez-Rico

No hay comentarios:

Publicar un comentario