domingo, 6 de diciembre de 2009

Manu Ciarreta y el blog

El curso pasado fui mentor de un alumno de IE University, de primero de Comunicación. Fue una experiencia muy grata, de aprendizaje constante, porque cuando más aprendes es cuando tienes que enseñar, aunque las obras más difíciles son las propias. Mi pupilo, que no sé muy bien cómo llamarlo, porque en español no hay palabra, que yo sepa, para esto -¿discípulo?-, fue Manuel Ciarreta, Manu.
Hicimos de todo. Comimos con grandes periodistas y escritores, fuimos a firmar a la Feria del libro, trabajamos mucho, vio cómo me documentaba para una novela y cómo escribía mis artículos. Fuimos al Museo Naval de Madrid. Conoció a gente como Raúl del Pozo, Luis Alberto de Cuenca o Ramón Tamames.
Los alumnos enriquecen mucho, y, probablemente, si no me llega a animar Manu a que empezara un blog no lo hubiera empezado, por lo menos no ahora, y hasta bastante tarde. A mí esto de escribir gratis ya no me va, pero en fin... Ellos están más pendientes de las nuevas tecnologías.
Yo le debía a Manu esta entrada, pero hasta hoy no había reparado en ello. Le deseo toda la suerte, y el trabajo y el esfuerzo, para su futuro. Todos tenemos talento, sólo hay que encontrar para qué lo tenemos y explotarlo minuciosamente.
Él era futbolista, y yo creo que lo sigue siendo. Me encantó tener un pupilo futbolista. Se le iluminaba la cara en las comidas, aquí en casa, cuando hablaba de fútbol. Sabía muchísimo de fútbol y de más cosas.
Ya nadie nos podrá quitar aquellas ocho semanas. La vida pasa y vienen nuevos sucesos, todo cambia y nos cambia, algo permanece y se dispara hacia el futuro. Si algo me gusta en el blog es que se puede considerar un poco el reguero de los días. Una estela.
Saludos para Manu desde Los días de Ícaro.


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