lunes, 18 de enero de 2010

Dentro de la pirámide IV

La religión y la mujer

Se habla de grandes desigualdades entre hombres y mujeres en el mundo árabe, pero en Egipto hay una buena incorporación de la mujer al trabajo. Al occidental, sin embargo, le llaman la atención los pañuelos en la cabeza, los velos, e incluso algunas mujeres que van cubiertas de negro de arriba abajo, con unos mínimos agujeros para poder ver… y algunas de ellas llevan gafas, y las llevan por fuera. Todo depende del grado de rigor que se impongan. “Lo hacen por fe”, dicen aquí, y es que cada religión muestra sus manifestaciones exteriores.
El Cairo tiene su peculiar funcionamiento. El tráfico, por ejemplo, es caótico. Avanza en distintas direcciones como una gran marea. Los automovilistas no usan el intermitente, y prefieren el claxon para avisar de algún movimiento, para advertir un peligro. Como en Occidente, pero con mucha mayor frecuencia. Algunos conductores llevan el Corán en el coche, sobre el salpicadero, y en los semáforos leen unos versículos.
La religión es muy importante para ellos. Los árabes tienen el nombre de Dios en la boca, constantemente, algo que los occidentales han olvidado, y esto es señal de la presencia que tiene Alá en sus vidas: “Si Dios quiere”, dicen constantemente. Es un espectáculo verlos rezar, un viernes, día santo, a mediodía, en las mezquitas y en las calles, delante de sus propias tiendas.



Eduardo Martínez Rico

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