jueves, 7 de enero de 2010

Eugenio Trías - Entrevista

Cuando me documentaba para mi libro "Pedro J. Tinta en las venas" entrevisté a mucha gente sobre el director de "El Mundo". Una de esas personas fue el filósofo Eugenio Trías. Por aquel entonces hacía entrevistas a fondo para "Época" y aproveché para hacerle una entrevista, aparte del libro, a Trías. Fue un gran placer conocerle y un placer intelectual hablar con él.
Recupero la entrevista porque me gusta mucho y porque, salvo en pocos detalles, es atemporal.


Eugenio Trías:



“La ciencia no tiene jurisdicción en el tema
de la muerte”



Eugenio Trías es uno de nuestros primeros filósofos, preocupado por un abanico de temas muy amplio: la estética, la religión, el periodismo, la Cultura con mayúscula.
Se declara muy tímido. Dice que la timidez es “una especie de coraza para poder vivir en este mundo tan complejo”. Es muy sensible, y habla bajo, moviendo las manos, muy cerca del cuerpo, dibujando pequeñas ondas, muy despacio.
Trías es un espíritu libre. Me habla del teléfono móvil: “Es un invento que no se hizo para mí. No me gusta nada el sentirme bajo control.” Pero sí aprecia el ordenador y cómo ha mejorado sus formas de trabajo.
Trías es autor de libros La filosofía y su sombra, La edad del espíritu o Vértigo y pasión, sobre Alfred Hitchkock. En septiembre publica un libro de 1200 páginas sobre música, El canto de las sirenas (Variaciones musicales) -Galaxia Gutenberg-, su obra más ambiciosa. Cuando le hice esta entrevista me lo encontré corrigiendo las pruebas de su último libro.


-¿Qué sentido tiene hoy ser filósofo?
-Yo creo que tiene sentido hoy, ayer y lo tendrá mañana. Es una ocupación milenaria, una vocación, un ejercicio y una profesión. Se originó seis o siete siglos antes de Jesucristo, y ha seguido viva hasta ahora. Hoy hay los suficientes interrogantes de todo tipo, relacionados con nuestro mundo o con las preocupaciones que toda persona con su vida o con su muerte, y yo creo que en esos temas la filosofía tiene campo libre. Son temas que jamás podrán ser obviados por otra actividad.
-¿Por ejemplo la ciencia?
-La ciencia puede llegar muy lejos en muchos campos, pero las cuestiones de ética, de estética, de la religión, yo diría que la desbordan. Y lo mismo ocurre con otros campos.
-¿A qué se dedicaría hoy Sócrates?
-Lo mismo que hizo entonces: pasear por las calles y conversar con unos y otros. Ése sí que era genio y figura, no me lo puedo imaginar de otra manera. Hoy también podría estar, posiblemente no en Atenas, pero sí en Nueva York o en Madrid, en la Puerta del Sol, en el Círculo de Bellas Artes…
-¿Pero de qué viviría?
-Ya encontraría la manera de vivir de algo. Yo creo que tendría un tipo de obligaciones docentes, posiblemente, si es que persistía en su exclusivismo oral, y en su repugnancia a la escritura. Siempre habría un Platón –Trías se echa a reír- para tomar nota de todo lo que iba diciendo.
-¿Platón tomaba nota de verdad?
-Yo pienso que sus diálogos primeros, e incluso muchos del resto, como el Fedón o el Banquete, responden bastante fidedignamente al espíritu de Sócrates. Ha habido mucha controversia sobre este punto. Yo creo que da una imagen muy elaborada y pensada, y probablemente con mucha más fiabilidad histórica que la que normalmente se ha creído. Yo creo que la imagen que da Platón de Sócrates es bastante convincente.
-¿Qué relación tiene el filósofo con la muerte?
-El filósofo tiene que dar una opinión razonable sobre la muerte, ya que no se puede dar otra. Evidentemente es un terreno en el que uno no puede aproximarse a través de la ciencia. La filosofía debe dar una posible respuesta a la enorme interrogación que la muerte nos provoca a todos los seres humanos, que los griegos llamaban “mortales”, y no se equivocaban.
-¿Me puede poner un ejemplo?
-Lo da el propio Platón en el Fedón. Da una serie de pruebas de lo que considera que es la posible pervivencia del alma tras la muerte, y finalmente un relato-mito racional, pero entre medio hay un debate fuerte muy elaborado con los personajes que están cercanos a él. Yo creo que ahí da una pauta del tipo de reflexión que la filosofía puede hacer.
-¿Cuál es su explicación en torno a la muerte?
-Yo creo que se ha impuesto una idea, como si hubiera certeza en ella, como un dogma, que con la muerte se cancela totalmente nuestra existencia, frente a testimonios como los de los egipcios, Platón, la tradición judeocristiana… No hace mucho leí un libro que se apoyaba en la ciencia y que decía justamente eso. Yo creo que eso no es verdad.
-¿Por qué?
-Primero, la ciencia no tiene jurisdicción en este tema, y segundo, es un tema de amplio debate, de nada fácil orientación y resolución, y que está abierto desde la cultura egipcia y el poema de Gilgamesh. Yo no acepto la posición que toman con la muerte las filosofías existencialistas (Sartre, Heidegger, etc.), la muerte como el horizonte máximo de nuestra existencia, evidentemente algo que le da sentido o le quita el sentido. Yo ahí dejo abierta una cuestión, y abro un diálogo posible con otras respuestas, la de Platón por ejemplo, tradiciones religiosas que me son enormemente interesantes.
-¿Usted cree que después de la muerte hay vida?
-Yo desde la filosofía no puedo hacer esta afirmación. Yo desde la filosofía lo único que puedo es provocar preguntas, pero sí puedo hacer cortar de cuajo opiniones absolutamente discutibles que se presenten como se fueran principios dogmáticos. La filosofía tiene esa capacidad crítica del dogma.
-¿Por qué le interesa tanto la belleza?
-Porque es uno de los grandes enigmas, junto con la muerte, junto con el ansia de justicia que todo ser humano tiene… Está ahí, existe. Nos preguntamos: ¿cómo podemos entenderla?, ¿cómo se nos expresa o se nos revela? Y lo hace a través de los ámbitos donde el hombre puede aproximarse a ella, sea por la vía del arte, la música, el cine, la pintura…
-¿La belleza y la muerte se parecen en algo?
-Yo creo que hay una vinculación, una relación, enigmática, pero la hay. Yo pienso que la auténtica belleza siempre tiene cerca el tema de la muerte. Éste es un asunto que trato en algunos ensayos de El canto de las sirenas, que publico en septiembre, un recorrido a través de los músicos occidentales, desde 1600 hasta 2000. En ellos trato su mundo, su música, su personalidad, pero también una serie de temas filosóficos que se me plantean, uno de ellos el tema de la belleza y la muerte. Sale en los ensayos sobre Mozart y Shubert.
-Una de sus grandes pasiones es el cine…
-A mí me gusta el arte en general, y dentro del arte el cine también. Sobre cine tengo un proyecto pendiente para el futuro: un texto sobre uno de los grandes directores de cine que más me interesan, me importan y me incitan, Stanley Kubrick.
-Kubrick es muy racionalista, muy cerebral.
-Tiene un sentido del cine extraordinario. Una de las personas con mayor capacidad de entendimiento y renovación del lenguaje cinematográfico que ha habido. Su concepción del espacio y el tiempo, por ejemplo. Hay películas de Kubrick que habré visto muchas veces… Me emocionan profundamente.
-Es misterioso además, ¿verdad?
-Sí. Las películas que más me gustan muchas veces no son las que tienen mejor crítica. Por ejemplo, me encanta Shining, El resplandor, que encuentro una magnífica película. Me encanta también Eyes Wide Shut, extraordinaria, a la que le dediqué un artículo.
-Es muy cinematográfica.
-Es cine puro. Entiendo muy bien que sea su pensamiento. Además, se superpone al tiempo real, prácticamente; puede ocurrir en una noche. Y es una manera magnífica de sugerir un estado intermedio entre lo vivido y lo soñado. El relato en el que se basa se llama, precisamente, Relato soñado, magnífico. Kubrick gana con el tiempo: cada nueva visión de su cine mejora. Sobre todo era un grandísimo artista.
-Época es una revista política. ¿Le decepciona mucho nuestra política?
-Me decepciona mucho el enconamiento general de los estados de opinión. Yo veo ahí secuelas muy ásperas que para mí tienen dos raíces: la huella lejana que deja un conflicto civil, de una dictadura demasiado larga que todavía nos cuesta digerir; y en segundo lugar, algo lamentablemente característico de España, un descuido grande del tema educacional y cultural. No se han fomentado hábitos de discusión, de controversia, de debate, ni en los medios de comunicación públicos y privados. Ha prevalecido más el sectarismo, el enconamiento, de grupos políticos, mediáticos e intelectuales.



Eduardo Martínez Rico



Asociación de Ideas:



Hitchkock: Belleza y horror

Divulgación: Necesaria con reparos

Platón: El más grande maestro

Autoconocimiento: Actividad necesaria

Intelectual: Prefiero “pensador”

Bello: Lo bello y lo siniestro, polaridad imprescindible

Guerra: Fatalidad y condena

Mariano Rajoy: No aprovecha sus oportunidades

Alma: Lo más íntimo y lo mejor

César Antonio Molina: Gran opinión

Sabiduría: Vieja aspiración

Periódico: Oración del hombre actual

Bernabé Soria: Persona respetable

Vida: Cada día tiene su afán

Nietzsche: Referencia del pensamiento

Democracia: Único régimen aceptable

Ética: Ámbito de la filosofía

Aristocracia: Aristocracia del espíritu

1 comentario:

  1. A mí El resplandor me parece muy buena, eso sí, algún día tendré que verla en V.O porque el doblaje al castellano es una verdadera vergüenza xD
    Y eyes wide Shut a mi también me gustó. Es extraña, pero es uno de los filones de Kidman y Cruise y ambos me gustan bastante.

    Y la belleza... el sentimiento de que la muerte, y no sólo la muerte, sino lo tétrico o siniestro es en cierto modo bello, es una de las ideas firmes de la corriente cultural de los góticos.
    Y yo la tengo.


    Un saludo Eduardo

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