jueves, 23 de julio de 2009

Un nuevo mundo

¿Van a sobrevivir los libros? ¿Va a sobrevivir el periódico papel? ¿Cómo va a condicionar Internet el mundo de la edición y la prensa?
Lo oigo tanto, se habla tanto de esto, que se me ha ocurrido que puedo dar mi opinión. Yo no me dedico a pensar en esto todo el día, pero es verdad que escribo libros y artículos, y colaboro también en Internet. Además, procuro estar atento de lo que hacen las nuevas generaciones, porque ellas son las que están marcando el futuro.
Sé que hay jóvenes, de dieciocho o veinte años, que leen libros enteros en el ordenador, aunque nos pueda parecer mentira. Ése es un apunte que nos sirve para saber si Internet es válido para leer, por ejemplo, una novela entera. Si uno se ha criado con el ordenador parece que sí es válido, y muy válido. Igual que ahora los alumnos de primer curso de Universidad, por lo que me cuentan, no leen periódicos en papel, sólo en Internet. Me temo que leen poco en general, pero lo que leen es en Internet. También debo decir que, si echo la mirada atrás, cuando yo tenía esa edad era un tipo bastante raro, porque leía vorazmente; la gente normal o leía poco o no leía. Incluso cuando empecé Filología pude ver que mis compañeros apenas leían, que no les gustaba mucho leer.
Creo precisamente por esto que debemos ser optimistas con Internet, porque está acercando la lectura a mucha gente que no leía. ¿Qué se hace en Internet? Ver y leer. A mí Internet a veces me recuerda a las revistas, que están pensadas para la gente que lee poco, muy bien maquetadas, con fotos grandes y espectaculares. Es más cómodo y sencillo ver que leer, aunque también haya que saber ver.
No soy demasiado amigo de la especialización, aunque nuestro mundo ha tendido totalmente a ella. Me gusta la mirada amplia, curiosa, abarcadora de toda clase de temas, aunque necesariamente haya que hacer algo bien, muy concreto; eso se supone que es el trabajo. Pero en este caso de los soportes, los libros, los periódicos, la lectura, creo en la especialización. Pienso que cada soporte, o cada medio, se va a especializar cada vez más, y vamos a querer los libros para leer buenas novelas, buenos ensayos, libros que nos dan especial placer y que requieren tranquilidad. No sé qué pasará con el periódico-papel, pero aunque sólo sea para otorgar un servicio de lujo, permanecerá. El periódico para los bares, las peluquerías, los restaurantes, y aquellas personas que valoren tener ese objeto entre las manos. Igual que hay bibliófilos habrá una especie de periodicófilos, pero más abundantes que los otros.
Internet lo dará todo, pero de otra manera, porque aunque no creo exactamente que el medio sea el mensaje, lo que está claro es que el medio condiciona, y mucho, el mensaje. Yo he abierto un blog y no estoy publicando en él de la misma forma que en mis libros.
Igual que no utilizamos una llave inglesa como destornillador, habrá un hueco para el libro-papel, el periódico-papel, dentro del universo Internet. Ha sido una revolución, pero me parece demasiado prematuro el invento como para pretender que lo va a barrer todo.
Los libros-papel gozan de buena salud. Los periodistas son más escépticos respecto al futuro del papel, de la prensa e incluso de su propia profesión. Pero por muchas novedades tecnológicas que introduzcamos, hay cosas que siempre hemos hecho al natural.
Lo importante no son los medios, sino lo que decimos, cómo lo decimos y con qué intención lo decimos.

Eduardo Martínez-Rico

(Artículo publicado en "El Norte de Castilla" el 22 de julio de 2009)

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